“Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe” Luc. 17:5

SÉ UN TESTIGO FRUCTÍFERO

miércoles 03 junio, 2015

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en su concilio eterno “antes de la fundación del mundo” (Efe 1:4), establecieron el plan de salvación. Es decir, aun antes de que crearan al primer ser humano y, por supuesto, antes de que los primeros humanos pecaran, Dios tenía un plan para rescatar al mundo. El plan está basado en la Cruz, y las buenas nuevas de la Cruz deben ser contadas a cada habitante del mundo. La responsabilidad de ese testimonio está sobre cada cristiano.

“Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hech. 1:8). La comisión final de Jesús subraya la importancia que el Señor puso sobre la función de testificación de sus seguidores.

¿Qué lecciones deben aprender esos testigos cristianos de la parábola del sembrador y los distintos terrenos? Luc. 8:4-15.

¿Cuál es la recompensa del testigo, y cuándo la recibirá? Luc. 18:24-30.

¿Qué enseña la parábola de las minas (Luc. 19:11-27) acerca de la fidelidad y de la responsabilidad al testificar?

En cada uno de estos textos, y en otros, se revelan los peligros, las responsabilidades y las recompensas de la testificación y la fe. Se nos ha comisionado con una responsabilidad solemne; pero, considerando lo que hemos recibido, ¡cuán poco se pide de nosotros!

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