“En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia” (Hech. 10:34, 35).

LA GENERACIÓN DE NÍNIVE

miércoles 22 de julio, 2015

Lee Jonás 3. ¿Qué gran mensaje hay aquí, en el contexto de la evangelización?

“Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré” (Jon. 3:1, 2). En este texto hay dos verbos importantes: es la segunda vez que Dios dice: “¡Ve!” Dios no se da por vencido. Él otorga a los seres humanos segundas oportunidades. Otra vez tenemos el concepto de la misión del Nuevo Testamento, la idea de ir a las naciones, en contraste con esperar a que las naciones vengan a uno.

El otro verbo importante es “proclama”. La proclamación siempre fue importante en la Biblia. Todavía es la manera más efectiva de esparcir el mensaje del evangelio. Dios le enfatizó a Jonás que debía dar el mensaje que yo te diré. Es decir, el mensaje debe ser el de Dios, no el nuestro ni una versión retorcida o modificada de él.

El mensaje de Dios, generalmente, es de amenazas y promesas, de juicios y evangelio. Su severa proclamación era: “¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!” (Jon. 3:4, NVI). Ese era el juicio. Pero, también había una promesa de esperanza, de salvación (tuvo que haber sido así, ya que la gente hizo caso del mensaje y se salvó).

Aun con el “evangelio eterno”, Apocalipsis 14:6 al 12 también advierte acerca del Juicio. Evangelio y juicio van juntos: el evangelio ofrece la manera de evitar la condenación que el juicio de Dios trae sobre nosotros con toda justicia.

La predicación del evangelio es efectiva solo si estos dos elementos están presentes. La “corrección política”, que diluye estos elementos severos y disminuye las diferencias entre las religiones o las diferentes tradiciones cristianas, es riesgosa. Aunque en la misión necesitamos adaptar nuestra presentación a la gente a la que estamos tratando de alcanzar (contextualización), nunca debemos hacerlo a expensas del mensaje que Dios nos ha dado para que proclamemos.

¿Qué sucede en Jonás 3:5 al 10? Los ninivitas creyeron, actuaron basados en esas creencias, ejercieron fe, y fueron salvados.

Dios nos dio promesas maravillosas, pero también severas advertencias. ¿Qué debe enseñarnos esta historia acerca de la condicionalidad de estas promesas y advertencias?