“El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre” (Hech. 9:15, 16).

DE SAULO A PABLO

martes 8 de septiembre, 2015

Lee Hechos 9:1 al 22, la historia de la conversión de Pablo. ¿De qué forma esta experiencia se vincula con su llamamiento misionero? Ver también Hech. 26:16-18.

Desde el mismo principio, era claro que el Señor tenía la intención de usar a Pablo para alcanzar tanto a judíos como a gentiles. Ningún otro evento en la preparación de Pablo como misionero y teólogo se compara en importancia con su conversión; en realidad, a menudo en su testificación hablaba de esa experiencia.

“Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti” (Hech. 26:16). Pablo no podía predicar o enseñar acerca de lo que no sabía. No, en cambio predicaría y enseñaría de sus propias experiencias, con un conocimiento del Señor, todo el tiempo en armonía con la Palabra de Dios. (Ver Rom. 1:1, 2.)

Lee Hechos 26:18. ¿Cuál sería el resultado de la obra de Pablo?

Aquí podemos ver cinco resultados de una obra misionera auténtica:

  1. Abrir los ojos de la gente. Hacer que Dios y Jesús sean reales, presentes, activos y atrayentes.
  2. Pasar de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento: un tema central del evangelio. (Ver Luc. 1:78, 79.)
  3. Volver del poder de Satanás a Dios.
  4. Recibir el perdón de los pecados. Que el problema del pecado tiene una solución es el mensaje vivo, sanador y central de los cristianos.
  5. Recibir un lugar entre los santificados; esto significa ser miembro de la iglesia de Dios, sin tener en cuenta la etnia, el género o la nacionalidad.

Si alguien te preguntara: ¿Cómo es tu propia experiencia con Jesús? ¿Qué me puedes decir acerca de él?, ¿qué le dirías?