“Él juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Jehová” (Jer. 22:16).

AL FINAL DE UN CALLEJÓN SIN SALIDA

miércoles 14 de octubre, 2015

Lee 2 Crónicas 36:11 al 14. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca del último rey de Judá antes de la destrucción final de la nación? ¿Qué principios espirituales de apostasía se revelan en estos textos?

Sedecías (también conocido como Matanías) tomó el trono a la edad de 21 años, puesto allí por Nabucodonosor como rey títere. Tristemente, como dice el texto, él no había aprendido muchas lecciones de lo que había ocurrido antes con los reyes previos y, como resultado, trajo una ruina aún mayor a la nación.

En 2 Crónicas 36:14 se afirma algo muy profundo, un punto que de muchas formas está en el corazón de su apostasía. En medio de la lista de todos los males cometidos bajo el reinado de Sedecías, se dice que Judá estaba “siguiendo todas las abominaciones” de los paganos.

¿Podría ser este un mensaje para nosotros?

Lee Jeremías 38:14 al 18. ¿Qué le preguntó el Rey a Jeremías, y por qué?

Dios había dejado claro en muchas ocasiones que la nación debía someterse al gobierno de Babilonia, que esta conquista era el castigo por su iniquidad. Sin embargo, Sedecías rehusó escuchar, y formó una alianza militar contra Nabucodonosor. Israel se apoyó fuertemente en la esperanza de una victoria militar con Egipto. Pero, Nabucodonosor obtuvo la victoria sobre el ejército del faraón en el año 597 a.C. Esta derrota selló permanentemente la suerte de Jerusalén y la nación. A pesar de las numerosas oportunidades para arrepentirse, reformarse, reanimarse, Judá rehusó hacerlo.

Nosotros, como iglesia, hemos sido llamados a proclamar al mundo un mensaje que nadie está proclamando. De muchos modos esto es muy similar a lo que Judá debía hacer. ¿Qué lecciones debemos aprender nosotros de sus errores?