“Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros” Jeremías 42:5

LLEVADOS AL EXILIO

miércoles 16 diciembre, 2015

Lee Jeremías 43:8 al 13. ¿Qué dijo Dios por medio de Jeremías?

Tafnes era una aldea en la frontera noreste de Egipto, que tenía fortificaciones importantes y donde vivía un gran número de colonos judíos. Otra vez aquí, Dios quería que Jeremías actuara la profecía en forma simbólica. Aunque las palabras son poderosas, a veces, cuando se hacen cosas en la vida real, cuando se actúan ante nosotros, la presentación del tema es más fuerte y el mensaje queda más claro.

De qué modo debía Jeremías enterrar piedras en la entrada de la casa del faraón, no se nos dice. Sin embargo, el punto era claro: incluso el poderoso faraón no era competidor suficiente para Dios, y este cumpliría su palabra así como había dicho que lo haría. Los refugiados pensaron que encontrarían protección y seguridad permitiendo que Egipto viniera hacia ellos (Jer. 37:7, 8). Los dioses egipcios eran inútiles, invenciones de su torcida imaginación; estos dioses eran abominaciones paganas que mantenían a la gente en una abyecta ignorancia de la verdad. Los israelitas deberían haber sabido, como deberíamos saber nosotros, que nuestra única protección y seguridad verdadera está en obedecer a Dios.

“Cuando la negación propia llegue a ser parte de nuestra religión, entenderemos y haremos bien la voluntad de Dios; pues nuestros ojos serán ungidos con colirio de modo que podamos contemplar las cosas maravillosas de su Ley. Veremos el sendero de obediencia como el único camino seguro. Dios tiene a su pueblo por responsable en proporción a la luz de la verdad que es llevada a su entendimiento. Las exigencias de su Ley son justas y razonables, y mediante la gracia de Cristo él espera que cumplamos esos requerimientos”

R&H, 25 de febrero de 1890

Piensa también en el simbolismo de que los israelitas querían volver a Egipto para encontrar seguridad. ¡Qué ironía! En un sentido espiritual, ¿de qué maneras podemos nosotros ser tentados a “volver a Egipto”, para encontrar en este lo que pensamos que no podemos encontrar con el Señor?

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