“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? (Luc. 24:32).

¿QUIÉN ES EL MAYOR?

miércoles 17 febrero, 2016

Lee Marcos 9:33 al 37. ¿Qué lección enseñó Jesús a los discípulos aquí, y cuál es el mensaje para cualquiera que pretende seguir a Jesús? Ver también Mat. 18:3-5.

Este debate entre los discípulos sin duda estaba relacionado con sus conceptos acerca del futuro. Pensaban que Jesús liberaría a Israel de los romanos, restauraría el reino de David y gobernaría como su nuevo rey, con toda la gloria que la Nación experimentó bajo el rey Salomón. Cuando esto ocurriera, sin duda suponían que ellos, como parte del círculo íntimo de Cristo, tendrían lugares destacados y funciones importantes que desempeñar en el reino recientemente restaurado. Sin embargo, esto no era suficiente: querían saber quién de entre ellos sería el “mayor” en el Reino de los cielos. Esto parece, definitivamente, una insinuación de Lucifer. (Ver Isa. 14:14.)

Lee Mateo 20:20 al 28. ¿De qué modo respondió Jesús a esta última pregunta? ¿Cuál era su punto principal?

Tal vez lo que más chasquea en este incidente patético es su contexto. Estaban en camino a Jerusalén donde Jesús pronto sería crucificado. Él acababa de explicarles que sería traicionado, burlado, azotado, condenado a muerte y crucificado, y que se levantaría al tercer día (Mat. 20:18, 19). Tan pronto como terminó de decir todo esto, la pregunta de quién sería el mayor volvió a surgir. Ellos no oyeron lo que Jesús había dicho. Era obvio que no estaban escuchando. Interesados en sus propias ambiciones mezquinas, perdieron de vista los grandes problemas en juego, concentrándose en falsos conceptos de un reino terrenal que nunca vendría, y perdiendo lo que Jesús les decía acerca del Reino eterno que les estaba ofreciendo por medio de su propia muerte venidera.

Es fácil pensar cuán cortos de vista y mezquinos eran los discípulos. Mírate a ti mismo, y pregúntate: “¿Qué cortedad de visión y mezquindad necesito purgar de mi propia alma?”

Más de ESU