“Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria” (1 Cor. 15:54).

EL “EDIFICIO” DE LA IGLESIA

lunes 29 de febrero, 2016

“La iglesia de Cristo, por debilitada y defectuosa que sea, es el único objeto en la Tierra al cual él concede su suprema consideración” (ELC 286).

En ninguna parte esta declaración clásica de Elena de White está mejor ilustrada que en la primera carta de Pablo a los Corintios. En 1 Corintios 3, Pablo asemeja la iglesia a un campo en el cual trabajan diversas personas: una persona planta la semilla, otro la riega, pero Dios mismo es responsable por su crecimiento y maduración (1 Cor. 3:4-9).

Pablo continúa su punto, ahora al describir a la iglesia como un edificio. Alguien pone el fundamento y, luego, varios otros edifican sobre él (1 Cor. 3:10). Como el fundamento no es otro que Cristo (vers. 11), los que siguen tienen que ser cuidadosos acerca de qué clase de material usan. El juicio venidero distinguirá entre los “materiales de construcción” inferiores y los adecuados (vers. 12-15).

Lee 1 Corintios 3:12 al 15. Compara esto con Mateo 7:24 al 27. ¿Qué dos cosas revelan de qué lado del Gran Conflicto realmente nos encontramos?

Ahora considera lo que sigue: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” (1 Cor. 3:16, 17).

Necesitamos notar dos asuntos. Primero, el contexto: está hablando acerca de la iglesia y de cómo se edifica. El tema principal no es la salud. Dios no destruye a las personas que abusan de sus cuerpos con malas elecciones de estilo de vida; ellos se destruyen a sí mismos. (Más tarde, en 1 Cor. 6:15-20, Pablo sí habla acerca de nuestros cuerpos como templos del Espíritu Santo en relación con nuestras elecciones morales.)

Segundo: en estos dos versículos, el original griego de la palabra vosotros también aparece en plural todas las veces. No se dirige a una persona, sino a un grupo. Así, si alguno hace alguna cosa que puede destruir a la iglesia, esa persona está en serios problemas. Dios advierte que destruirá a la persona que trate de destruir a la iglesia.

¿Cómo puedes estar seguro de que, en todo lo que dices y haces, estás edificando a la iglesia, y no destruyéndola?