“Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mat. 4:19).
COMIENZA EL MINISTERIO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 3:1-12; 2 Pedro 1:19; Filipenses 2:5-8; Mateo 4:1-12; Isaías 9:1, 2; Mateo 4:17-22.
UNA DE LAS GRANDES LUCHAS de la humanidad ha sido descubrir cuál es el significado y el propósito de la vida, y saber cómo vivirla. Después de todo, no venimos al mundo con un “Manual de instrucciones” debajo el brazo, que nos indique de qué modo vivir, ¿verdad?
“No entendí cuál era el significado de la vida”, dijo un joven de 17 años, de una familia de buenos recursos y adicto a drogas recetadas. “Todavía no lo sé, pero pensé que todos los demás lo sabían, de que todos conocían este gran secreto menos yo. Pensé que todos entendían por qué estamos aquí y que todos estaban secretamente felices sin mí”.
Paul Feyerabend, un escritor alemán y filósofo de la ciencia, confesó en su autobiografía: “Así pasa un día tras otro, y no resulta claro por qué hay que vivir”. Por ello, Dios nos dio la Biblia, el evangelio; tenemos la historia de Jesús y lo que hizo por nosotros. En Jesús –su preexistencia, nacimiento, vida, muerte, ministerio en el cielo y su segunda venida−, encontramos las respuestas a las preguntas más apremiantes de la vida. Esta semana, consideraremos el comienzo de la vida y la obra de Cristo aquí sobre la Tierra, una vida que da significado a la nuestra.