“Que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna” (Sal. 146:7-9).

UNA VOZ PROFÉTICA – II

miércoles 13 de julio, 2016

Isaías 58 proporciona un mensaje profético especial de reprensión y esperanza para el pueblo de Dios del tiempo de Isaías, y también para nosotros hoy.

Después del anuncio de que está molesto con su pueblo (ver Isa. 58:1), ¿cuál es la descripción que hace Dios de aquellos a quienes se dirige? Lee Isa. 58:2.

Aunque no sabemos exactamente el “tono de voz” con el que se expresó Dios aquí, es claro que está condenando la muestra exterior de piedad y fe, porque él sabe cuán falso es todo. En otra versión, el versículo dice: “Porque día tras día me buscan, y desean conocer mis caminos, como si fueran una nación que practicara la justicia, como si no hubieran abandonado mis mandamientos [...]” (Isa. 58:2, NVI).

Lee Isaías 58:3 al 14. ¿Qué otra cosa dice Dios a este pueblo acerca de lo que está mal en sus formas religiosas (en este caso, el ayuno)? ¿Cuál es el mayor problema aquí?

Nota algo crucial: muy a menudo, la adoración puede estar centrada en uno mismo; nuestras oraciones parecen decir: “Señor, haz esto y aquello para mí”. Por supuesto, hay momentos para buscar a Dios por nuestras propias necesidades. No obstante, lo que Dios está diciendo aquí es que la verdadera adoración incluirá llegar a los “hambrientos”, los “afligidos” y los “pobres”. Pero, lo asombroso es que este ministerio a otros bendice no solo a quienes reciben la ayuda, sino también a los que la dan. Lee lo que dicen los textos acerca de lo que sucede a quienes van hacia los necesitados y los ayudan. Al ministrar a otros, al dar a otros, obtenemos nosotros mismos una bendición. ¿Quién no ha experimentado, en algún momento y hasta cierto grado, la realidad de estas promesas de Dios? ¿Quién no ha vivido el gozo, la satisfacción y la esperanza que sienten aquellos que ayudan a los que no pueden ayudarse a sí mismos? Es difícil de imaginar una manera mejor de reflejar el carácter de Cristo al mundo.

Lee Hechos 20:35. ¿De qué manera has experimentado la realidad de estas palabras en tu propio ministerio a otros?