“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mat. 23:37).
EL SEGUNDO TOQUE
Lee Marcos 8:22 al 25. ¿Qué lección espiritual obtenemos del hecho de que el primer toque de Jesús no sanó completamente al ciego?
Después de que Jesús “escupió” en los ojos del hombre, lo tocó y le preguntó: “¿Puedes ver ahora?” (Mar. 8:23, NVI). ¿Por qué “escupió” Jesús en sus ojos? La literatura antigua indica que los médicos usaban saliva. Este milagro se parece en algo a la curación del hombre sordomudo en Decápolis (Mar. 7:31-37). Sin embargo, a diferencia de todos los otros milagros de curación registrados, la curación del ciego se realizó en dos pasos.
Lee Marcos 8:23 y 24. ¿Cómo entiendes la respuesta del hombre a la pregunta: “¿Puedes ver ahora?”
“Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan” (Mar. 8:24). Es decir, podía distinguirlos de los árboles solo por su movimiento. En un sentido espiritual, ¿de qué forma podemos aplicar esto a nuestras vidas? Podría ser que después de que Jesús nos da visión espiritual no siempre estemos totalmente restaurados. Podríamos ver a la gente como “árboles”, como objetos. Esto significa que estaríamos ciegos a ellos como personas con necesidades reales. Ellos serían números que queremos que se unan a la iglesia, para aumentar nuestro grupo. Con esta actitud de servicio propio, pocas personas quedarían en la iglesia.
Lee Marcos 8:25. ¿Por qué Jesús deliberadamente sanó al hombre en dos pasos?
El contexto es que, justo antes de este milagro, Jesús estaba tratando otra clase de ceguera; sus discípulos no entendían el significado de la afirmación: “Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes” (Mar. 8:15). Ellos pensaron que era porque no tenían suficiente pan para el viaje en la barca. Jesús los llamó ciegos: “¿Teniendo ojos no veis?” (vers. 18).
No solamente las personas que están fuera de la iglesia necesitan el toque sanador de Jesús; dentro de la iglesia hay ceguera. Feligreses con visión parcial que ven a las personas como estadísticas no se interesarán en los recién nacidos en Cristo que salen por la puerta de atrás de la iglesia. Ellos necesitan el segundo toque de Jesús para que vean todo más claramente, y lleguen a amar a otros como los amó Jesús.