“Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños” (Juan 10:5).

EL PUENTE

martes 06 septiembre, 2016

A veces una iglesia tiene un programa de servicio de extensión a la comunidad en áreas de salud, familia, finanzas personales, administración de conflictos, etc., y podría preguntarse: ¿Cuál es el puente para llevarlos a la etapa de “Sígueme”? Más bien deberíamos preguntarnos: ¿Quién es el puente? Respuesta: ¡Tú lo eres! “El argumento más poderoso en favor del evangelio es un cristiano amante y amable” (MC 373). Las iglesias exitosas en mantener visitas investigadoras, que participan de un evento tras otro y en un programa tras otro, tienen la bendición de tener miembros que aman genuinamente a Dios y están ansiosas de alimentar amistades duraderas.

Por el otro lado, los miembros de la iglesia que son descuidados en su trato con las visitas, o aun letárgicos hacia ellas, pueden tener un impacto muy negativo en la tarea de extensión de la iglesia. “El Señor no actúa hoy para traer más personas a la verdad, a causa de los miembros de iglesia que nunca se convirtieron y de los que se apartaron de la verdad. ¿Qué influencia ejercerían estos miembros no consagrados sobre los nuevos conversos? ¿No anularían el mensaje dado por Dios, que su pueblo debe apoyar?” (TI 6:371).

Lee Lucas 19:1 al 10. ¿Por qué Zaqueo tuvo que subir a un árbol para ver a Jesús? ¿Qué lecciones espirituales podemos descubrir en esta historia?

Imagínate lo que habría pasado si aquellos que le impedían el acceso a Jesús allí en Jericó hubieran prestado atención al agudo interés de Zaqueo de estar cerca de Jesús, y hubieran invitado amablemente a este “pecador” a los pies del Salvador.

Aquellos que somos parte de la “multitud” alrededor de Jesús debemos estar tan “infectados” con su amor por la humanidad pecadora que seamos cristianos “contagiosos”. Si estamos profundamente persuadidos del amor y la gracia de Dios hacia los pecadores, apasionadamente buscaríamos en la multitud a los que son bajos en estatura espiritual, y con amor e interés los guiaríamos a Cristo.

¿De qué manera actúas hacia los rostros nuevos en tu iglesia? ¿Haces un esfuerzo intencional para hablar con ellos? ¿O ignoras a estas personas, pensando que otra persona puede ministrarlas? ¿Qué dice acerca de ti tu respuesta, y qué podrías necesitar cambiar?

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