LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA
Lee Job 14:14 y 15. ¿Qué pregunta Job, y cuál es la respuesta que se da a sí mismo?
Uno de los temas del libro de Job es la muerte. ¿Cómo podría no serlo? Cualquier libro que considera el sufrimiento humano, por supuesto, tendría que tomar en cuenta la muerte, la fuente de muchos de nuestros sufrimientos. Job pregunta si los muertos volverán a vivir, y luego dice que él espera el cambio que ha de venir. La palabra hebrea para “esperar” también implica la idea de esperanza. No es, simplemente, aguardar algo; es estar a la expectativa. Y lo que él esperaba era su “liberación”. Esta palabra viene de un término hebreo que puede dar la idea de “renovación” o “reemplazo”. A menudo, es el cambio de una vestidura. El significado de la palabra en sí es amplio; sin embargo, teniendo en cuenta el contexto –el de preguntar qué “renovación” viene después de la muerte, una renovación que Job espera–, ¿qué otra liberación podría ser, sino un cambio de muerte a vida, cuando Dios “tendrá afecto a la hechura de sus manos” (Job 14:15)?
Por supuesto, nuestra gran esperanza, la gran promesa de que la muerte no será el fin, nos viene de la vida, la muerte y el ministerio de Jesús. “[El Nuevo Testamento] enseña que Cristo derrotó a la muerte, el enemigo más amargo de la humanidad, y que Dios resucitará a los muertos para un juicio final. Pero esta doctrina llega a ser el centro de la fe bíblica... después de la resurrección de Cristo, porque obtiene su validación en el triunfo que tuvo Cristo sobre la muerte”.–John E. Hartley, The Book of Job, p. 237.
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). ¿Qué nos dice Jesús aquí, que nos da esperanza y confianza acerca del “fin”? Es decir, ¿qué sabemos nosotros que Job no conocía?
Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Crón. 17 – Durante esta semana, PP cap. 33.