“Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento” (Isa. 60:3).
“EL AÑO DE LA BUENA VOLUNTAD DE JEHOVÁ” (ISA. 61:2)
¿Quién es el que habla en Isaías 61:1?
El Espíritu de Dios está sobre este ungido, lo que significa que él es un mesías o el Mesías. Su cometido es “predicar buenas nuevas a los abatidos”, “vendar a los quebrantados de corazón”, “publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel” (Isa. 61:1). ¿A quién se asemeja? Compara con Isaías 42:1 al 7, donde se describe al Siervo de Dios en términos muy similares.
Isaías 61:2 habla del “año de la buena voluntad de Jehová”. El Mesías, que es ungido como Rey y Libertador davídico, proclama un año especial de favor divino en el momento en que proclama la libertad. Compara con Levítico 25:10, donde Dios ordena a los israelitas que proclamen la libertad en el año cincuenta, que es santo: “Ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia”. Esto significa que los que se habían visto obligados a vender sus tierras ancestrales o a convertirse en siervos para sobrevivir en tiempos difíciles (Lev. 25:25–55) reclamarían sus tierras y su libertad. Debido a que el año del jubileo comenzaba con el sonido de una trompeta en el Día de la Expiación (Lev. 25:9), hemos mencionado este pasaje antes en relación con Isaías 58.
Si bien “el año de la buena voluntad de Jehová” de Isaías 61:2 es una especie de año jubilar, no es simplemente una observancia de Levítico 25. Este año es anunciado por el Mesías, el Rey, al revelarse a sí mismo mediante su ministerio de liberación y restauración. Esto guarda similitud con la actitud de algunos antiguos reyes mesopotámicos que promovían la benevolencia social al proclamar la eximición de las deudas durante los primeros años de sus reinados. El ministerio del Mesías va mucho más allá del alcance de la ley de Levítico 25. No solo proclama “libertad a los cautivos”, sino también venda a los quebrantados de corazón, consuela a los que lloran y los restaura (Isa. 61:1-11). Asimismo, además de “el año de la buena voluntad de Jehová”, proclama “el día de venganza del Dios nuestro” (Isa. 61:2).
¿Cuándo se cumplió la profecía de Isaías? (ver Luc. 4:16-21). El ministerio de Jesús ¿en qué medida cumplió esto? Además, hazte esta pregunta importante: nosotros, obviamente, no somos Jesús. Pero debemos representarlo ante el mundo. ¿Cuáles son las cosas que hace el Mesías, según se expresan en Isaías 61:1 al 3, que nosotros, con nuestras capacidades limitadas, deberíamos estar haciendo también? Y ¿cuáles son algunas de las formas prácticas en que podemos hacer estas cosas?