“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento” (Isa. 65:17).
LÍDERES MISIONEROS Y DE ADORACIÓN (ISA. 66:19–21)
¿Cuál es el significado de los sobrevivientes que traen gente de las naciones como una ofrenda a Jehová? Isaías 66:19, 20.
Dios envía sobrevivientes de su destrucción a los confines de la Tierra, a la gente que no conoce a Dios, “y publicarán mi gloria entre las naciones” (Isa. 66:19). Esta es una de las afirmaciones más claras del Antiguo Testamento sobre el tema de acción misionera. No solo habrá gente que se sentirá atraída hacia la nación hebrea, sino además algunos de los hebreos irán a otras naciones y les enseñarán acerca del Dios verdadero; un paradigma que es explícito en el Nuevo Testamento. Aunque hubo obra misionera judía entre la época del regreso del Exilio y la época de Cristo (Mat. 23:15), los primeros cristianos difundieron el evangelio en forma rápida y a gran escala (Col. 1:23).
Así como los israelitas llevaban ofrendas de grano a Jehová en su Templo, los misioneros le llevarían una ofrenda. Pero su ofrenda sería “todos vuestros hermanos de entre todas las naciones” (Isa. 66:20). Así como las ofrendas de granos eran regalos para Dios que no se sacrificaban, los conversos traídos al Señor le serían presentados como “sacrificio vivo” (comparar con Rom. 12:1). Con respecto a la idea de que la gente podría ser presentada como una especie de ofrenda a Dios, ten en cuenta la dedicación mucho más antigua de los levitas como “ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el ministerio de Jehová” (Núm. 8:11).
¿Cuál es la importancia de la promesa de Dios de escoger “de ellos para sacerdotes y levitas” (Isa. 66:21)?
El “ellos”, en el versículo 21, se refiere a “vuestros hermanos de entre todas las naciones” en el versículo anterior. Estos son gentiles, algunos de los cuales Dios elegiría como conductores de adoración, junto con los sacerdotes y levitas. Este es un cambio revolucionario. Dios previamente había autorizado que solo los descendientes de Aarón sirvieran como sacerdotes y únicamente a otros miembros de la tribu de Leví para ayudarlos. Los gentiles no podían literalmente convertirse en descendientes de Aarón o de Leví, pero Dios autorizaría a algunos a servir en estas funciones, que previamente estaban prohibidas incluso para la mayoría de los judíos.
Lee 1 Pedro 2:9 y 10. ¿A quién escribe Pedro? ¿Qué le dice? ¿Qué mensaje tiene para cada uno de nosotros, como miembros de una “nación santa” hoy? ¿Nos está yendo mejor que a los destinatarios originales (Éxo. 19:6)?