“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento” (Isa. 65:17).
EL NUEVO NACIMIENTO DEL PLANETA TIERRA
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 65:17–25; 66:1–19; 66:19–21; 66:21; 66:22–24.
Un día, un niño de doce años que acababa de leer un libro sobre astronomía se negó a ir a la escuela. Su madre llevó al niño al médico de familia, quien le preguntó:
–Guillermo, ¿qué te pasa? ¿Por qué ya no quieres estudiar ni ir a la escuela?
–Porque, doctor –dijo–, leí en este libro de astronomía que un día el Sol se quemará y toda la vida de la Tierra se desvanecerá. No veo ninguna razón para hacer nada si, al final, todo se extinguirá.
–¡Eso no te incumbe! ¡No es asunto tuyo! –exclamó la madre, histérica.
–Pero, Guillermo –le dijo el médico con una sonrisa–, no tienes que preocuparte, porque para cuando eso suceda todos estaremos muertos de todos modos.
Por supuesto, ese es parte del problema: finalmente, de todos modos morimos.
Afortunadamente, nuestra existencia no tiene que terminar en la muerte. Al contrario, se nos ha ofrecido vida, vida eterna, en un mundo renovado.