“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová” (Gén. 6:8).

EL HOMBRE NOÉ (GÉN. 6:9)

lunes 12 abril, 2021

En medio de todos los textos sobre la maldad del mundo antediluviano (anterior al Diluvio), el hombre Noé se destaca en contraste con quienes lo rodeaban. Lee el pasaje anterior y fíjate en los tres puntos especiales que la Biblia menciona sobre él. Escribe de la mejor manera lo que crees que significa cada uno de estos puntos: 1. Era “varón justo” 2. Era “perfecto” 3. “Con Dios caminó”

Sin lugar a dudas, Noé era alguien que tenía una relación salvífica con el Señor. Era alguien con quien Dios podía trabajar; alguien que lo escuchaba, le era obediente y confiaba en él. Por eso, el Señor pudo usar a Noé para cumplir sus propósitos, y por eso Pedro, en el Nuevo Testamento, lo llamó “pregonero de justicia” (2 Ped. 2:5).

Lea Génesis 6:8. ¿Cómo nos ayuda ese texto a comprender la relación entre Noé y el Señor?

La palabra gracia aparece aquí por primera vez en las Escrituras, y evidentemente tiene el mismo significado que en las referencias del Nuevo Testamento, donde se describe el favor misericordioso e inmerecido de Dios ejercido hacia los pecadores, que no lo merecen. Por lo tanto, debemos entender que, por muy “perfecto” y “ justo” que fuera Noé, aun así era un pecador que necesitaba el favor inmerecido de su Dios. En ese sentido, Noé no es diferente de cualquiera de nosotros que buscamos fervientemente seguir al Señor.

Al entender que Noé necesitaba la gracia de Dios, al igual que el resto de nosotros, considera tu propia vida y hazte esta pregunta: ¿Podría decirse de mí que soy, como Noé, “ justo”, “perfecto” y que camino “con Dios”? Escribe tus argumentos para cualquier postura que adoptes y (si te sientes cómodo) compártelas con la clase el sábado.

Más de ESU