“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
GOZO
“Escribimos estas cosas para que ustedes puedan participar plenamente de nuestra alegría” (1 Juan 1:4, NTV).
Observa lo que escribió Juan aquí. En pocas palabras, él expresa lo que debería ser una de las grandes ventajas que tenemos, como pueblo del Pacto: la promesa del gozo.
Como cristianos, a menudo se nos dice que no nos dejemos llevar por los sentimientos, que la fe no es un sentimiento y que tenemos que ir más allá de nuestros sentimientos. Todo esto es cierto, pero, al mismo tiempo, no seríamos seres humanos si no fuéramos criaturas con sentimientos, emociones y estados de ánimo. No podemos negar nuestros sentimientos; lo que tenemos que hacer es entenderlos, darles el papel que les corresponde y, en la medida de lo posible, mantenerlos bajo sano control. Pero negarlos es negar lo que significa ser humano (es como si a un círculo le dijésemos que no sea redondo). De hecho, como dice este versículo, no solo debemos tener sentimientos (en este caso, gozo), sino además deberíamos tener pleno gozo. No parece que tuviésemos que negar nuestros sentimientos, ¿verdad?
Lee el contexto del versículo anterior, comenzando por el versículo 1 del capítulo. ¿Qué les estaba escribiendo Juan a los primeros cristianos por lo que esperaba que se llenaran de gozo? Y ¿por qué debería darles alegría?
Juan fue uno de los Doce originales. Él estuvo allí casi desde el comienzo del ministerio de tres años y medio de Cristo; fue testigo de algunas de las cosas más asombrosas de Jesús (estuvo en la Cruz, en el Getsemaní y también en la Transfiguración). Por lo tanto, como testigo ocular, sin duda estaba sumamente capacitado para hablar sobre este tema.
Sin embargo, observa también que el énfasis no está en sí mismo, sino en lo que Jesús había hecho por los discípulos a fin de que ahora pudieran tener comunión no solo entre ellos, sino también con Dios mismo. Jesús nos ha abierto el camino para entablar esta relación cercana con el Señor; y un resultado de esta comunión, de esta relación, es el gozo. Juan quiere que sepan que lo que han oído acerca de Jesús es la verdad (él lo vio, lo tocó, lo sintió y lo escuchó), y por ende, ellos también pueden entablar una relación gozosa con su Padre celestial, quien los ama y se entregó a sí mismo, a través de su Hijo, por ellos.
En cierto sentido, Juan está dando su testimonio personal. ¿Cuál es tu testimonio acerca de tu relación con Jesús? ¿Qué podrías decir para ayudar a aumentar el gozo de alguien en el Señor, como Juan trató de hacerlo aquí?