“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Cor. 10:11).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 9 de julio, 2021

“Entonces los israelitas parecieron arrepentirse sinceramente de su conducta pecaminosa; pero estaban entristecidos por el resultado de su mal proceder, y no por reconocer su ingratitud y desobediencia. Cuando vieron que el Señor era inflexible en su decreto, volvió a despertarse su terca voluntad, y declararon que no volverían al desierto. Al ordenarles que se retiraran de la tierra de sus enemigos, Dios probó la sumisión aparente de ellos, y demostró que no era real. Sabían que habían pecado gravemente al permitir que los dominaran sentimientos temerarios, y al querer dar muerte a los espías que los habían incitado a obedecer a Dios; pero solo sintieron terror al darse cuenta de que habían cometido un error fatal, cuyas consecuencias resultarían desastrosas. Su corazón no estaba cambiado, y solo necesitaban una excusa para rebelarse otra vez. Esta excusa se les presentó cuando Moisés les ordenó, por mandato divino, que regresaran al desierto” (PP 412, 413).

“Pero la fe no tiene ninguna conexión con la presunción. Solo el que tenga verdadera fe estará seguro contra la presunción. Porque la presunción es la falsificación satánica de la fe. La fe se aferra a las promesas de Dios y produce fruto de obediencia. La presunción también reclama las promesas, pero las usa como Satanás, para disculpar la transgresión. La fe habría inducido a nuestros primeros padres a confiar en el amor de Dios y a obedecer sus mandamientos. La presunción los indujo a transgredir su Ley, creyendo que su gran amor los salvaría de las consecuencias de su pecado. No es fe lo que reclama el favor del Cielo sin cumplir las condiciones bajo las cuales se concede un favor. La fe genuina tiene su fundamento en las promesas y las provisiones de las Escrituras” (DTG 101, 102).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Analicen la diferencia entre la fe y la presunción. ¿Por qué conquistar la tierra de Canaán se considera primeramente un acto de fe y luego, cuando los israelitas atacan realmente, se considera un acto presuntuoso? ¿En qué medida las motivaciones y las circunstancias juegan un papel importante en la diferencia entre fe y presunción?
  2. Reflexionen sobre el hecho de que, aunque el pecado puede ser perdonado, a menudo tenemos que vivir con sus consecuencias. ¿Cómo ayudar a quienes se les complica saber que han sido perdonados por un pecado que, no obstante, los sigue impactando, e incluso a sus seres queridos, en forma negativa?