“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Ped. 3:17, 18).

DISFUNCIÓN EN EL HOGAR

domingo 1 de agosto, 2021

José sabía de familias disfuncionales. Esto ya venía de sus bisabuelos, Abraham y Sara. Cuando Sara se dio cuenta de que era estéril, convenció a Abraham de que se allegara a su sierva Agar. Tan pronto como Agar quedó embarazada, comenzó la rivalidad. Al crecer en esta atmósfera, Ismael e Isaac trasladaron la tensión a sus propias familias. Isaac se propuso favorecer a Esaú, y Jacob se pasó la vida tratando de ganarse el amor y el respeto de su padre. Más adelante, Jacob fue engañado y se casó con dos hermanas que no se llevaban bien y competían entre sí en una carrera de natalidad, hasta tal punto que reclutaron a sus siervas para que tuvieran los hijos de Jacob.

Repasa el incidente que se detalla en Génesis 34. ¿Qué tipo de impacto emocional y relacional habrá tenido este incidente en toda la familia y también en el joven José?

La rivalidad entre las madres obviamente se extendió a los hijos, que crecieron dispuestos a pelear. Cuando eran adultos jóvenes, los hermanos mayores de José ya habían masacrado a todos los varones de la ciudad de Siquem. El hermano mayor, Rubén, desplegó dominio y desafió a su anciano padre al dormir con Bilha, la criada de Raquel y madre de varios de los hijos de Jacob (Gén. 35:22). Mientras tanto, otro hermano de José, Judá, confundió a su nuera viuda con una prostituta y terminó teniendo gemelos con ella (Gén. 38).

Jacob añadió más leña al fuego de toda esta tensión familiar por su obvio favoritismo hacia José, al darle una costosa túnica de colores (Gén. 37:3). Si alguna vez hubo una familia disfuncional, esa era la familia de este patriarca.

¿Por qué crees que Abraham, Isaac y Jacob figuran como héroes de la fe en Hebreos 11:17 al 22 a pesar de sus desordenadas relaciones familiares?

Los campeones de la fe de Dios a menudo no están a la altura de sus propias expectativas ni de las de Dios. Estos hombres se mencionan en Hebreos 11 no por sus relaciones familiares desordenadas, sino a pesar de ellas. Aprendieron, muchas veces por las malas, acerca de la fe, el amor y la confianza en Dios mientras luchaban con estos problemas familiares.

¿Qué disfunción familiar has heredado? Entregarte al Señor y sus caminos ¿cómo puede ayudarte a romper con ese patrón, al menos en el futuro?