“Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron” (1 Cor. 10:6).

BAUTIZADOS EN MOISÉS

domingo 5 de septiembre, 2021

Lee 1 Corintios 10:1 al 11. ¿Qué quería comunicar Pablo a sus lectores en Corinto al referirse a los “ejemplos”?

El término griego que se utiliza en 1 Corintios 10:6 (y que también se adapta de forma similar en 10:11), traducido como “ejemplo” en la mayoría de las traducciones españolas, es typos. En español, la palabra tipo se basa en este sustantivo griego. Un tipo (o ejemplo) nunca es el original, sino una especie de símbolo o representación de este. Es un modelo de otra cosa.

Hebreos 8:5 ofrece un buen ejemplo de esta clase de relación: “Los cuales [los sacerdotes del servicio del Templo del Antiguo Testamento] sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el Tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”.

Este pasaje de Hebreos destaca el vínculo directo entre las realidades celestiales y las terrenales, y luego cita Éxodo 25:9, donde Dios dijo a Moisés que construyera el Santuario en el desierto “conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte”. La cuestión es que el Santuario terrenal, y todos sus rituales y procedimientos, eran “ejemplos”, símbolos, modelos de lo que está sucediendo en el cielo, con Jesús como nuestro Sumo Sacerdote en el Santuario celestial.

Con esto en mente, podemos entender mejor de qué estaba hablando Pablo en 1 Corintios 10. En estos versículos, Pablo revisa algunas de las experiencias clave del pueblo de Dios en el desierto camino a la Tierra Prometida. “Nuestros padres” se refiere a sus antepasados judíos que salieron de Egipto, que estuvieron bajo la nube, que atravesaron el mar y, por lo tanto, todos fueron bautizados a una nueva vida libre de esclavitud.

Pablo considera que estas importantes estaciones del viaje por el desierto son un tipo, o un ejemplo, de bautismo individual. Si seguimos los pasos de la lógica de Pablo, la referencia al “alimento espiritual” debe referirse al maná (comparar con Éxo. 16:31-35). Israel bebió de la Roca, que Pablo identifica como Cristo (1 Cor. 10:4). Piensa en Jesús, por ejemplo, como el “pan de vida” (Juan 6:48) y como el “agua viva” (Juan 4:10), y todo esto cobra mucho sentido. Por lo tanto, lo que vemos aquí es el uso que hace Pablo de la historia del Antiguo Testamento como un ejemplo de revelación de verdades espirituales que se pueden aplicar a los cristianos individuales de hoy.

Medita en la experiencia de los israelitas durante el Éxodo. ¿Qué lecciones espirituales podemos aprender de sus “ejemplos”, tanto buenos como malos, que nos dejaron?