“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deut. 6:5).

“SI ME AMAN, GUARDARÁN MIS MANDAMIENTOS”

miércoles 20 de octubre, 2021

Israel, la nación en su conjunto, fue llamada a amar a Dios. Pero esto era algo que solo podía suceder de a uno. Como un solo ser humano al que se le dio libre albedrío, cada israelita tenía que tomar la decisión de amar a Dios, y mostraría ese amor a través de la obediencia.

¿Qué tienen en común los siguientes versículos? Es decir, ¿cuál es el tema común entre ellos? Deuteronomio 5:10; 7:9; 10:12; 11:1; 19:9.

¿Cuánto más clara podría ser la Palabra de Dios? Así como Dios no solo dice que nos ama, sino además ha revelado ese amor por nosotros mediante lo que hizo y todavía hace, el pueblo de Dios también mostrará su amor a Dios por sus acciones. Y en estos textos vemos que el amor a Dios está indisolublemente ligado a la obediencia a él.

Por eso, cuando Juan dice cosas como: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos” (1 Juan 5:3), o cuando Jesús dice: “Si me aman, guardarán mis mandamientos” (Juan 14:15, RVA-2015), estos versículos simplemente expresan esta enseñanza básica. El amor a Dios siempre se expresará mediante la obediencia a Dios. Siempre ha sido así, y lo seguirá siendo. Y esta obediencia a Dios significa obediencia a su Ley, los Diez Man- damientos, que también incluye el cuarto Mandamiento, el sábado. Guardar el cuarto Mandamiento no es más legalismo que guardar cualquiera de los otros nueve.

Aunque la obediencia a cualquiera de los mandamientos puede ser legalismo, ese tipo de obediencia no se hace realmente por amor a Dios. Cuando realmente amamos a Dios, especialmente por lo que él ha hecho por nosotros en Cristo Jesús, queremos obedecerle, porque eso es lo que él nos pide que hagamos.

Cuando Moisés le dijo una y otra vez a Israel que amara y obedeciera a Dios, lo hizo después de haber sido redimidos de Egipto. Es decir, el amor y la obediencia del pueblo eran en respuesta a la redención que Dios había hecho en su favor. El Señor los había redimido. Ahora responderían obedeciendo fielmente sus mandamientos. ¿Hay alguna diferencia hoy?

¿Cuál es tu experiencia al tratar de obedecer a Dios? Es decir, ¿cuáles son tus motivaciones para obedecer a Dios? ¿Por qué deberías hacerlo por amor a él? ¿Qué papel debería desempeñar también el temor, según la concepción bíblica?