“El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mat. 4:4).
UN PROFETA COMO YO
Repetidas veces, el Señor le había advertido a Israel que no siguiera las prácticas de las naciones que lo rodeaban. Al contrario, debían dar testimonio a esas naciones (Deut. 4:6-8). En Deuteronomio 18:9 al 14, Moisés nuevamente les advierte acerca de sus prácticas específicas, que eran una “abominación para con Jehová” (Deut. 18:12). Por ende, en ese contexto, les dice: “A los ojos del Señor tu Dios serás irreprensible” (Deut. 18:13).
Lee Deuteronomio 18:15 al 19. ¿Qué les quiere decir Moisés allí? Luego compara esto con Hechos 3:22; y 7:37. Pedro y Esteban, ¿cómo aplican Deuteronomio 18:18?
En referencia al Pacto del Sinaí, Moisés narra que los hijos de Israel, en la revelación de la Ley de Dios (Éxo. 20:18-21), querían que Moisés actuara como mediador, como intercesor entre ellos y Dios. Es entonces cuando Moisés les promete, dos veces, que el Señor levantaría a un profeta como Moisés (Deut. 18:15, 18). Dado el contexto, la idea es que este profeta, al igual que Moisés, entre otras cosas también sería un intercesor entre el pueblo y el Señor.
Muchos siglos después, tanto Pedro como Esteban citan este pasaje en referencia a Jesús. Para Pedro, Jesús fue el cumplimiento de lo que habían dicho “sus santos profetas” (Hech. 3:21), y los líderes debían obedecer a él y lo que él dice. Es decir, Pedro usó este pasaje, que los judíos conocían, y lo aplicó directamente a Jesús, con la idea de que debían arrepentirse por lo que le habían hecho (Hech. 3:19).
A continuación, en Hechos 7:37, cuando Esteban, aunque en un contexto diferente del de Pedro, estaba proclamando a Jesús, él también se refirió a esa famosa promesa, y también sostuvo que señalaba a Jesús. Estaba diciendo que Moisés, con su papel en la historia y como dirigente de los judíos, había prefigurado a Jesús. Es decir, al igual que Pedro, Esteban buscaba mostrarle al pueblo que Jesús era el cumplimiento de la profecía y que necesitaban escucharlo. Contrariamente a la acusación formulada en su contra, de que Esteban había estado hablando “palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios” (Hech. 6:11), Esteban proclamó a Jesús como el Mesías, un cumplimiento directo de lo que Dios había prometido a través de Moisés.
Estos versículos, ¿en qué medida muestran cuán primordial fue Jesús en toda la Biblia, y por qué toda nuestra interpretación de ella debe estar centrada en Cristo?