“Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (Heb. 6:19, 20, NVI).

COSAS MEJORES

miércoles 9 de febrero, 2022

Después de la fuerte y sincera advertencia de Hebreos 6:4 al 8, Pablo expresa su confianza en que los lectores no se hayan apartado del Hijo ni lo harán en el futuro. Cree que su audiencia recibirá la advertencia y producirá los frutos apropiados. Son como la “tierra”, que Dios cultiva y produce los frutos que él espera. Estas personas recibirán la bendición de Dios (Heb. 6:7), que es la “salvación” (Heb. 6:9).

Lee Hebreos 6:9 al 12. Enumera las cosas buenas que la audiencia ha hecho y sigue haciendo, y explica lo que significan.

Los creyentes muestran su amor hacia el “nombre” de Dios –es decir, hacia Dios mismo– mediante su servicio a los santos. Estos no eran hechos aislados del pasado, sino acciones sostenidas que se han extendido hasta el presente. Los actos excepcionales no revelan el verdadero carácter de una persona. La evidencia más importante del amor hacia Dios no son los actos “religiosos”, por así decirlo, sino los actos de amor hacia los demás seres humanos, especialmente los necesitados (Mat. 10:42; 25:31-46). Por lo tanto, Pablo exhorta a los creyentes: “no os olvidéis” de hacer el bien (Heb. 13:2, 16).

Presta atención a Hebreos 6:12, que advierte acerca de volverse “torpes” (NTV) o “perezosos”, lo que caracteriza a quienes no maduran y que están en peligro de alejarse (Heb. 5:11; 6:12). La esperanza no se mantiene viva mediante ejercicios intelectuales de fe, sino mediante la fe expresada en actos de amor (Rom. 13:8-10).

Pablo quiere que los lectores imiten a quienes mediante la fe y la paciencia heredan las promesas. Ya ha presentado a la generación del desierto como un ejemplo negativo de aquellos que, por falta de fe y perseverancia, no heredaron lo prometido. Luego presenta a Abraham (Heb. 6:13-15) como un ejemplo de alguien que, por medio de “la fe y la paciencia”, heredó las promesas. La lista de ejemplos positivos se amplía con la gente de fe en Hebreos 11, y culmina con Jesús en Hebreos 12 como el mayor ejemplo de fe y paciencia (Heb. 12:1–4). En Apocalipsis 14:12, la fe, la paciencia y la observancia de los mandamientos son características de los santos de los últimos días.

A veces tenemos que dar palabras de advertencia a nuestros seres queridos. ¿Qué podemos aprender del apóstol con respecto a advertir y animar a los demás?