“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén. 3:15).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Considera la conexión entre “el árbol de la vida” y “el árbol de la ciencia del bien y del mal”. El hecho de que ambos estén ubicados “en medio del huerto” (Gén. 2:9) ya sugiere que hay una relación entre ellos. Pero hay más que solo una relación geográfica entre los dos árboles. Debido a que los seres humanos tomaron el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, desobedecieron a Dios; perdieron el acceso al árbol de la vida y no pudieron vivir para siempre, al menos en este estado. Esta conexión es la base de un principio profundo. Las decisiones morales y espirituales tienen un impacto en la vida biológica, como Salomón le dijo a su hijo: “Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán” (Prov. 3:1, 2). Esta conexión vuelve a aparecer en la futura Jerusalén celestial, donde solo el árbol de la vida está presente “en medio de la calle de la ciudad” (Apoc. 22:2).
“Cuando Dios creó a Eva, quiso que no fuera ni inferior ni superior al hombre, sino que en todo fuese su igual. La santa pareja no debía tener intereses independientes; sin embargo, cada uno poseía individualidad para pensar y obrar. Pero, después del pecado de Eva, como ella fue la primera en desobedecer, el Señor le dijo que Adán dominaría sobre ella. Debía estar sujeta a su esposo, y esto era parte de la maldición. En muchos casos, esta maldición ha hecho muy penosa la suerte de la mujer, y ha transformado su vida en una carga. Al ejercer un poder arbitrario, el hombre ha abusado en muchos respectos de la superioridad que Dios le dio. La Sabiduría infinita ideó el plan de la redención que sometió a la especie humana a una segunda prueba, dándole una nueva oportunidad” (TI 3:531).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Dios confrontó a Adán en el Edén y le hizo preguntas no solo para determinar su culpa, sino también para llevarlo al arrepentimiento. Esta temática vuelve a aparecer con Caín (Gén. 4:9, 10), el Diluvio (Gén. 6:5-8), la torre de Babel (Gén. 11:5) y Sodoma y Gomorra (Gén. 18:21). ¿Cómo se revela la idea de un juicio investigador en estos incidentes?
- ¿Por qué Eva pensó que comer del árbol del conocimiento del bien y del mal le daría sabiduría? ¿Cómo podríamos evitar, en nuestro contexto, cometer un error similar; es decir, desafiar abiertamente la Palabra de Dios con la esperanza de algo “mejor” que lo que Dios nos ha ofrecido?