“Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera” (Gén. 47:27).

ISRAEL EN EGIPTO

sábado 18 de junio, 2022

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 46; Romanos 10:12, 13; Génesis 47; 48; Hechos 3:25, 26; Génesis 49; Filipenses 2:10; Génesis 49:29–50:21.

Génesis abarca los últimos años de Jacob y José juntos. Vemos a Jacob (Israel) dejar Canaán (Gén. 46) para establecerse en Egipto (Gén. 47), y allí morirá (Gén. 49:29–50:21). Y, aun en este escenario egipcio, la expectativa de la Tierra Prometida ocupa un lugar preponderante (Gén. 50:22-26).

En cuanto Jacob llega a Egipto, bendice a Faraón (Gén. 47:7-10), y así cumple (parcialmente, por supuesto) la promesa abrahámica de ser una bendición para las naciones (Gén. 12:3). Posteriormente, ya a punto de morir, Jacob bendice a los hijos de José (Gén. 48). También bendice a sus propios hijos (Gén. 49:1–28) y hace predicciones impresionantes acerca de cada uno de ellos, en el contexto de las futuras doce tribus de Israel (Gén. 49:1–27).

Sin embargo, el hecho de que Israel como pueblo “habite” en el exilio, en Egipto, como extranjeros, está en tensión con la esperanza de la Tierra Prometida. Y, aunque el mismo libro del Génesis termina con los hijos de Israel en Egipto, algunas de las últimas palabras de José apuntan a otro lugar: “Yo voy a morir; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob” (Gén. 50:24).