“Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Sal. 23:3).
EL CRISOL DEL PASTOR
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 23; Romanos 12:18-21.
Sofi se recostó contra la puerta de su cuarto y se dejó caer hasta el suelo. Se le llenaron los ojos de lágrimas y, de un momento a otro, estaba sollozando. “¿Cómo pudo hacerme esto? ¡Cómo!” Sofi acababa de recibir una noticia que le rompió el corazón. Alguien que pensaba que era su amigo, alguien a quien respetaba y en quien confiaba, estaba esparciendo chismes horribles sobre ella para arruinar su reputación y el trabajo que había estado haciendo. Tomó su Biblia de la cama, y de repente se puso a leer algunas palabras muy conocidas: “Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Sal. 23:3, 4).
“¡Claro que esto no es posible!”, soltó de golpe. Pero la lógica parecía ineludible. El Pastor del salmo guiaba a sus ovejas por sendas de justicia, pero estas mismas sendas también parecían serpentear hacia el valle de sombra de muerte. ¿Podría ser que Dios usara incluso esta dolorosa traición de un amigo, este valle oscuro, para instruirla en justicia?
Un vistazo a la semana: ¿En qué momentos creciste más espiritualmente, en los momentos fáciles o en los más difíciles?