“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Gén. 2:7).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Elena de White, El conflicto de los siglos, “El misterio de la inmortalidad”, pp. 521-539. Si alguna vez pasaste por una cirugía y te aplicaron anestesia general, es posible que tengas una vaga idea de cómo sería estar muerto. Pero, aun así, cuando estás bajo anestesia, tu cerebro sigue funcionando. Imagínate cómo será estar muerto, cuando todas las funciones cerebrales, todo, se haya detenido por completo. La experiencia de la muerte, entonces, es cerrar los ojos y, en lo que respecta a cada persona muerta que haya vivido, lo siguiente que verá será a Jesús en su segunda venida o después del Milenio (ver Apoc. 20:7-15). Hasta entonces, todos los muertos, los justos y los impíos, descansan durante lo que les parecerá un instante al resucitar. Para quienes seguimos vivos, nos parece que la muerte dura mucho tiempo. Para los vivos, sí; pero para la percepción de los muertos, dura solo un instante.
“Si fuese verdad que las almas de todos los hombres van directamente al cielo en la hora de la disolución, entonces bien podríamos anhelar la muerte antes que la vida. Esta creencia ha inducido a muchas personas a poner fin a su existencia. Cuando uno está anonadado por los cuidados, las perplejidades y los desengaños, parece cosa fácil romper el delgado hilo de la vida y remontarse hacia el más allá, a la bienaventuranza del mundo eterno” (CS 528).
“En ningún lugar de las Sagradas Escrituras se encuentra declaración alguna de que los justos reciban su recompensa y los malos su castigo en el momento de la muerte. Los patriarcas y los profetas no dejaron tal seguridad. Cristo y sus apóstoles ni la mencionaron siquiera. La Biblia enseña claramente que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se los representa como durmiendo hasta el día de la resurrección” (CS 537).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- La noción bíblica del ser humano integral (que permanece consciente solo como una persona indivisible) ¿cómo nos ayuda a comprender mejor la naturaleza de la muerte?
- La teoría de la inmortalidad natural del alma, con todas sus incontables ramificaciones, se ha apoderado del mundo. Entonces, ¿por qué nuestro mensaje sobre el estado de los muertos es trascendental? ¿Por qué también, incluso entre los cristianos, encontramos una oposición tan fuerte a lo que en realidad es una enseñanza maravillosa?
- Entender correctamente el estado de los muertos ¿cómo debería protegernos de lo que pueda “aparecer” ante nuestros ojos? Es decir, ¿por qué no siempre podemos confiar en lo que vemos, especialmente si lo que vemos, o creemos ver, es el espíritu de un pariente muerto, como algunos han informado?