“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).
LAS ALMAS BAJO EL ALTAR
Lee Apocalipsis 6:9 al 11. ¿Cómo pueden las “almas” de los mártires muertos clamar “bajo el altar”?
La apertura del quinto sello apocalíptico revela una escena inusual: Las almas de los mártires aparecen metafóricamente “bajo el altar” clamando a Dios por venganza (Apoc. 6:9-11). Algunos comentaristas se inclinan a identificar este “altar” como el Altar del Incienso mencionado bajo el séptimo sello (Apoc. 8:1–6). Pero la referencia a la “sangre” (y no al “incienso”) en Apocalipsis 6:9 al 11 nos lleva a entender una alusión al Altar del Holocausto, donde se derramaba la sangre de los sacrificios (Lev. 4:18, 30, 34). Así como la sangre de esos sacrificios se solía rociar alrededor del Altar, así también la sangre de los mártires se derramó simbólicamente en el Altar de Dios cuando perdieron la vida por permanecer fieles a la palabra de Dios y al testimonio de Jesús (Apoc. 6:9; ver también Apoc. 12:17; 14:12),
Las “almas” bajo el altar también son simbólicas. Si tomamos esta expresión en forma literal, tendríamos que concluir que los mártires no son plenamente felices en el cielo, porque todavía están clamando por venganza. Esto difícilmente suene como si estuvieran disfrutando de la recompensa de la salvación. El deseo de venganza puede hacer que tu vida sea miserable. Pero ¿tu muerte también?
Además, es importante recordar que Juan no recibió una visión del cielo como este es realmente. “Allí no hay caballos blancos, bermejos, negros o pálidos, montados por jinetes belicosos. Jesús no está en el cielo en la forma de un cordero con una sangrante herida de cuchillo. Los cuatro seres vivientes no representan criaturas aladas reales con características de animales. [...] Tampoco hay allí ‘almas’ que yacen en la base de un altar. Toda la escena fue una representación gráfica y simbólica” (CBA 7:794).
George E. Ladd, un autor no adventista (que de nuevo suena como adventista), escribió: “En este caso [Apoc. 6:9-11], el altar evidentemente es el Altar del Sacrificio, donde se derramaba la sangre del sacrificio. El hecho de que Juan viera las almas de los mártires bajo el altar no tiene nada que ver con el estado de los muertos ni con su situación en el estado intermedio; es simplemente una forma vívida de representar el hecho de que fueron martirizados en el nombre de su Dios” (A Commentary on the Revelation of John, p. 103).
¿Quién (especialmente aquellos que han sido víctimas de injusticias) no ha clamado por justicia, que aún no ha llegado? ¿Por qué debemos confiar por fe en que, en última instancia, la justicia, que tanta falta hace en este mundo, llegará? ¿Qué consuelo te da esta maravillosa promesa?