“Su señor le dijo: ‘¡Bien, siervo bueno y fiel! Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor’” (Mat. 25:21).
RECOMPENSA POR LA FIDELIDAD
La recompensa de Dios para sus hijos fieles es única y, como muchas cosas espirituales, puede estar más allá de nuestra comprensión finita. “El lenguaje humano es inadecuado para describir la recompensa de los justos. Solo la conocerán quienes la contemplen. Ninguna mente finita puede comprender la gloria del Paraíso de Dios” (CS 733).
Jesús concluyó las Bienaventuranzas, que introducen el Sermón del Monte, con estas palabras: “Bienaventurados son cuando los insulten y persigan, y digan de ustedes todo mal por mi causa, mintiendo. Gócense y alégrense, porque su recompensa es grande en el cielo, que así persiguieron a los profetas que fueron antes de ustedes” (Mat. 5:11, 12). Después de enumerar a las personas de fe en Hebreos 11, el autor comienza el próximo capítulo explicando por qué Jesús estuvo dispuesto a morir en la Cruz.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de lo que estorba y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que nos es propuesta, fijos los ojos en Jesús, autor y perfeccionador de la fe, quien, en vista del gozo que le esperaba, sufrió la cruz, menospreció la vergüenza y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb. 12:1, 2).
Sin embargo, ser recompensados por la fidelidad no es lo mismo que la salvación por obras. ¿Quién entre nosotros, o entre cualesquiera de los personajes bíblicos, hizo obras lo suficientemente buenas como para tener algún mérito ante Dios? Ninguno, por supuesto. Esa es la razón de ser de la Cruz; si pudiéramos salvarnos por obras, Jesús nunca habría ido al sacrificio. En cambio, es por gracia. “Y si es por gracia, ya no es con base en las obras. Si fuera por obras, la gracia ya no sería gracia” (Rom. 11:6). Las recompensas, en cambio, son el mero resultado de lo que Dios ha hecho por nosotros y en nosotros.
¿Cómo entendemos la diferencia entre la salvación por gracia y la recompensa según las obras? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.