“Decía a gran voz: ‘¡Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adoren al que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas’ ” (Apoc. 14:7).

JESÚS ES DIGNO

jueves 27 de abril, 2023

En Apocalipsis 5:1 al 3, una vez más vemos un Trono. Se menciona un libro escrito en ambos lados. Está sellado con el sello divino, y nadie del Cielo ni de la Tierra puede abrir el libro. Los seres celestiales tiemblan. El asunto es grave. Ningún ser angelical puede representar a la humanidad en el juicio final de la Tierra. Juan llora porque nadie puede abrir el libro. Entonces uno de los ancianos, uno de los redimidos de la Tierra, pronuncia palabras de aliento para el corazón de Juan. Jesús, el Cordero de Dios, es digno de abrir el libro.

Juan contempla la respuesta final al problema del pecado en Apocalipsis 5:5. Aquí, el anciano profeta contempla la única manera en que alguien puede recibir aprobación en el Juicio Final en el Trono de Dios. “Entonces uno de los ancianos me dijo: ‘No llores. El León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro [...]’. Entonces [...] vi de pie a un Cordero como si hubiera sido inmolado” (Apoc. 5:5, 6).

Lee Apocalipsis 5:8 al 12. ¿Cómo responde todo el Cielo al anuncio de que Jesús es digno de abrir el libro del Juicio y redimirnos?

Jesús, el Cordero de Dios que ha sacrificado su vida por la salvación de toda la humanidad, toma el libro del Juicio y lo abre. Todo el Cielo estalla en alabanza resonante. La victoria sobre las tentaciones de Satanás, la muerte en la Cruz del Calvario, la resurrección y el ministerio sumosacerdotal ofrecen salvación para todos los que eligen, por fe, responder a su gracia. El Juicio es una noticia increíblemente buena para el pueblo de Dios. Habla del fin del reino del pecado y la liberación del pueblo de Dios.

¿Hay algo que sea más alentador? Jesús nos representa en el Juicio. Su vida perfecta y recta nos cubre. Su justicia obra dentro de nosotros para renovarnos. Su gracia nos perdona, nos transforma y nos faculta para llevar una vida piadosa.

No necesitamos temer. Jesús nos representa en el Juicio y derrota a los poderes del mal. El Juicio se pronuncia en “favor” del pueblo de Dios (Dan. 7:22). El propósito del Juicio no es descubrir lo malos que somos, sino revelar lo bueno que es Dios.

Una vez más, reflexiona sobre la gran esperanza que tenemos en el Juicio: Jesús como nuestro Sustituto. ¿Por qué es esa nuestra única esperanza?