“Decía a gran voz: ‘¡Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adoren al que hizo el Cielo y la Tierra, el mar y las fuentes de las aguas’ ” (Apoc. 14:7).
UNA ESCENA MAGNÍFICA
Los libros proféticos de Daniel y Apocalipsis son complementarios, y nos señalan los acontecimientos que se desarrollarán en los últimos días de la historia de la humanidad. El libro de Apocalipsis anuncia que la hora del Juicio de Dios ha llegado. El libro de Daniel revela cuándo comenzó el Juicio.
En Daniel 7, Dios reveló la historia del mundo al profeta. Las naciones surgen y caen. Los poderes perseguidores oprimen al pueblo de Dios. Después de describir a Babilonia, Medopersia, Grecia, Roma, la desintegración del Imperio Romano y la persecución de la iglesia durante los 1.260 años descritos en el texto (Dan. 7:25; ver también Apoc. 12:14), Dios llama la atención de Daniel a un glorioso acontecimiento celestial que pondrá todas las cosas en su sitio. La atención del profeta se dirige desde el surgimiento y la caída de las naciones y los poderes opresivos de la Tierra, hasta el Trono del Universo y el Juicio Final de Dios, cuando él corregirá todo mal y establecerá su Reino eterno de justicia.
Dios llevó a Daniel en visión profética desde el caos y el conflicto de la Tierra hasta las glorias del Santuario celestial y el Trono de la corte suprema del Universo, donde Cristo, el Gobernante legítimo de este mundo, recibiría de su Padre el Reino que era legítimamente suyo.
Lee Daniel 7:9, 10 y 13, y describe lo que Daniel vio en estos versículos. ¿Cuál es también el resultado final de este juicio? Ver Daniel 7:14, 26 y 27.
El destino de toda la humanidad se decide en el tribunal celestial. El derecho prevalece. La verdad triunfa. La justicia reina. Esta es una de las escenas más asombrosas, maravillosas y espectaculares de toda la Escritura. Y lo bueno es que termina muy bien para el pueblo fiel de Dios, revestido de la justicia de Cristo.
Jesús se acerca a su Padre celestial en presencia de todo el Universo. Los seres celestiales se aglomeran alrededor del Trono de Dios. Todo el Universo de seres no caídos se asombra de esta escena del Juicio. El largo conflicto que se ha librado durante milenios pronto habrá terminado. La batalla por el Trono del Universo está completamente resuelta.
Daniel tenía razón acerca de los imperios que surgieron y cayeron, tal como estaba predicho. ¿Por qué, entonces, tiene tanto sentido confiar en la Palabra de Dios sobre lo que dice con respecto al Reino final, “un reino eterno” que nunca “pasará”?