"Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado" Lucas 15:32

Puedes volver a casa

martes 31 mayo, 2011

En la primera parte del siglo XX, el novelista Thomas Wolfe escribió un clásico literario, You Can't Go Home Again [No puedes volver a casa], acerca de un hombre que abandona sus humildes orígenes familiares en el sur de los Estados Unidos y va a Nueva York, se hace conocido como escritor, y luego procura regresar a sus raíces familiares. No fue fácil; de allí el título del libro.

   En la historia del hijo pródigo, ¿quién es el que hace el largo viaje para reunirse con su padre? Contrasta eso con, por ejemplo, la parábola de la oveja perdida y la moneda perdida (Luc. 15:4-10). ¿Cuál podría ser la diferencia importante aquí?

   En las otras dos parábolas, los objetos perdidos no sabían que estaban perdidos (es el caso de la moneda), y no podían volver aunque hubieran querido. En el caso del pródigo, él se alejó de la "verdad", y solo después de que estuvo en la oscuridad (ver Juan 11:9, 10) se dio cuenta de cuán perdido estaba. A lo largo de toda la historia de la salvación, Dios tuvo que tratar con los que, teniendo luz, intencionalmente se alejaron de ella y fueron por su propio camino. La buena noticia, en esta parábola, es que aun a aquellos que le dan la espalda a Dios, incluso después de saber de su amor y bondad, Dios todavía está dispuesto a restaurarlos a la posición que una vez tuvieron en su familia del pacto. Aun cuando el joven eligió por su libre voluntad irse, por su propia libre voluntad eligió volver. Lo mismo sucede con nosotros.

   Lo interesante de estas parábolas es el contexto en el que fueron relatadas. Lee Lucas 15:1 y 2. Considera las diferentes personas que escuchaban a Jesús. Qué mensaje poderoso es para todos nosotros el hecho de que en lugar de darnos advertencias acerca de los eventos apocalípticos del fin del tiempo o acerca del juicio sobre los no arrepentidos, Jesús presenta parábolas que muestran el ferviente amor y cuidado del Padre por todos los perdidos, no importa qué los llevó a esa situación.

   ¿Has conocido a personas que se alejaron de Dios? ¿Qué esperanza puedes encontrar, en esta historia, de que no todo está perdido? ¿Cuán importante es que todos oremos por quienes no han aprendido la dolorosa lección que el pródigo aprendió?

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