"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Romanos 8:1)

Sin el vestido

miércoles 8 de junio, 2011

¿Qué representa el vestido de bodas en la parábola? ¿Por qué el rechazo del vestido debe ser, literalmente, un asunto de vida o muerte eterna?

A menos que uno crea en "una vez salvo, siempre salvo", ¿cuál es el problema con  la idea de que Dios, en algún momento de la historia, en forma final y definitiva, separará el trigo de la cizaña (Mateo 13:24-30); los prudentes, de los insensatos (Mateo 25:1-13); los fieles, de los infieles (Mateo 25:14-30); y los que realmente están cubiertos por su justicia, de los que no lo están (Mateo 22:1-14)? ¿Los separará de entre los que han profesado seguirlo, especialmente cuando algunos de ellos hicieron y podrían todavía estar haciendo cosas horribles, tal vez aun en su nombre?

¿No habrá algún tipo de arreglo de cuentas, al final, entre los verdaderos y los falsos que reclaman las mismas promesas de salvación que nosotros siempre hacemos, especialmente en una religión cuya base es que eres salvo por lo que otro hizo por ti?

Piensa: si la salvación fuera puramente por nuestras obras, sería fácil; basta hacer la suma de todas ellas. Pueden alcanzar el nivel o no. Punto. Pero, en una fe donde la salvación descansa en los méritos de lo que algún otro ha hecho por nosotros, una fe en la cual la justicia necesaria para la salvación existe en otro fuera de nosotros, el problema llega a ser más sutil, más lleno de matices. Por eso, el juicio de Uno que nunca comete errores parecería más necesario aquí que en una religión en la que las obras son la norma.

Y ¿acerca de qué trata esta parábola? Dios separa lo verdadero de lo falso de entre los que han profesado seguirlo. Y ¿cuál es el factor decisivo? Es si ellos han sido revestidos con la maravillosa vestidura de justicia que Cristo ha ofrecido gratuitamente a todos.

Esta parábola hace una distinción importante entre ser miembro de una iglesia y ser un pecador salvado por la justicia de Cristo. Claramente no son lo mismo. Considera tu vida, tus actos, tus acciones, tus palabras, tus pensamientos, tus actitudes hacia amigos y enemigos. ¿Reflejan si estás vistiendo el manto de justicia o si eres alguien que solo ha venido a la fiesta?