“Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:2, 3).
DIOS OS ESCOGIÓ
Lee 1 Tesalonicenses 1:4. ¿Qué significa que Dios nos escogió? ¿Significa eso que no tenemos realmente la posibilidad de escoger? Por otro lado, ¿significa esto que alguien que no es elegido por Dios no puede tener la salvación, aunque la quiera?
El versículo 4 continúa la larga oración que Pablo comenzó en el versículo 2, con “Damos siempre gracias”. Una de las razones por las que Pablo agradece a Dios es que él sabe que Dios ha “elegido” a los tesalonicenses.
Algunos cristianos han llevado a un extremo esta idea de ser “elegidos”. Quieren alejar al creyente de concentrarse en el estilo de vida o la conducta. En cambio, enseñan que nuestra salvación depende de la elección que hace Dios en lugar de hacerla nosotros. Esta enseñanza también puede conducir a la idea de que la gracia de Dios es solo para unos pocos y que, una vez salva, una persona no puede elegir perderse.
¿De qué forma los textos siguientes nos ayudan a comprender que la salvación es por nuestra propia elección? Josue 24:15; 1 Timoteo 2:4; Apocalipsis 3:20.
La fe es imposible sin el poder de Dios que nos atrae. No obstante, en definitiva, Dios permite que los seres humanos tomen sus propias decisiones con respecto a él y lo que él ha hecho por nosotros. Y, lo que él ha hecho por nosotros es “elegirnos” en Cristo. Todos hemos sido “elegidos” para tener salvación. Que algunos no sean salvos –no reclamarán la salvación para sí mismos– refleja su elección, no la de Dios. La elección de Dios es que toda la humanidad sea salva. Como Pablo dice en 1 Timoteo 2:4, Dios quiere que “todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”.
Piensa en lo que significa descubrir que has sido “elegido” por Dios, que Dios quiere que tengas salvación, y que perderse es una aberración del deseo de Dios por todos nosotros. ¿Qué estímulo puedes obtener de esta maravillosa verdad?