"No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:20, 21).

SANTIDAD EN EL TIEMPO DEL FIN

jueves 06 septiembre, 2012

Lee 1 Tesalonicenses 5:23 y 24. ¿Qué quiere decir ser "santificados por completo" y "ser guardado irreprensible" para la venida del Señor? ¿No deberíamos estar así, ahora mismo?

En el pasaje de hoy, Pablo vuelve al lenguaje de la oración. Su estilo es similar al de 1 Tesalonicenses 3:11 al 13. Su tema principal es también similar: encontrarse sin mancha, en santidad, en la segunda venida. Pablo hace aquí una transición de lo que se supone que debían hacer los creyentes (1 Tesalonicenses 5:12-22) a lo que Dios hace en nosotros (santidad) y por nosotros (segunda venida).

Los creyentes, a menudo, no han estado muy de acuerdo con lo que este texto quiere decir acerca de la naturaleza de los seres humanos y la clase de carácter que pueden esperar tener cuando venga Jesús. En nuestro breve encuentro con este pasaje, nos concentraremos en lo que puede decirse claramente basados en este texto.

El apóstol está diciendo que lo que Dios hace en los creyentes debe extenderse a toda la persona. Cada parte de la vida del creyente ha de ser afectada por la santificación al acercarse el regreso de Jesús. Al hablar de "espíritu, alma y cuerpo", Pablo no intenta ser científico y preciso acerca de los diversos aspectos de la persona humana (en el pensamiento bíblico, la mente y el cuerpo son un todo unificado, no partes que existen separadamente). Más bien, estaba expresando que cada aspecto de nuestra mente y cuerpo ha de estar sometido a Dios. Dios ha de tener el control completo de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

La oración de Pablo se extiende desde el tiempo presente hasta la segunda venida. Los creyentes han de ser conservados, o guardados sin mancha, hasta la venida del Señor. El apóstol está orando para que la totalidad de su dedicación a Dios se mantenga hasta el mismo fin. De acuerdo con esta carta, los tesalonicenses estaban lejos de ser perfectos, pero lo que tenían valía la pena conservarlo hasta que Jesús regresara. Pablo estaba orando para que siguieran creciendo en gracia por medio de una relación con Jesús (ver también Juan 15:4-6).

¿De qué modos puedes y debes prepararte, cada día, para la venida de Jesús?

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