“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1, 2).
LA REVELACIÓN DE DIOS
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 2 Pedro 1:19-21; 2 Timoteo 3:16, 17; Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; Hebreos 11:6; Éxodo 3:1-14.
PENSAMIENTO CLAVE: Por importante que sea entender la forma en que opera la inspiración bíblica, más importante es conocer al Dios revelado por medio de la Inspiración.
“LOS CIELOS CUENTAN la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19:1). Es muy cierto. Lo que no declaran es que Dios nos ama, que murió por nosotros y que está obrando para salvarnos. El resultado final es que, para aprender acerca de Dios, la fuente clave es la Biblia. Hay grandes verdades, en especial sobre la naturaleza de Dios y su actividad en este mundo, que no conoceríamos si no nos fuera revelado. Aunque la gente puede sentir que existe una lucha entre el bien y el mal, ¿cómo podría saber de la gran controversia si no fuera por las Escrituras? Esta semana consideraremos dos cosas: 1) qué dice la Biblia acerca de sí misma y de cómo fue inspirada, y 2) qué enseña acerca del Dios que la inspiró.