JESÚS Y EL SÁBADO
Lee Marcos 2:27, 28. ¿Qué verdad vital acerca del sábado reveló Jesús aquí? ¿Cómo podemos tomar este principio y aplicarlo a nuestra manera particular de experimentar el sábado?
Jesús y sus discípulos habían caminado a través de un campo de granos y los discípulos, con apetito, habían tomado algunas espigas y las habían comido. El acto de cortar las espigas mientras estaban pasando por un campo no era el problema, porque las reglas de la sociedad lo permitían. La comida es una necesidad, y era perfectamente aceptable que los discípulos aliviaran su apetito comiendo lo que encontraban mientras caminaban por ese campo. El problema era que los líderes religiosos consideraban las reglas que ellos habían fabricado para la observancia del sábado como más importantes que las necesidades humanas. Esto era un asunto de controversia constante entre Cristo y los fariseos. La respuesta de Jesús indica que sus prioridades estaban equivocadas. El sábado debería ser un día de bendición para el hombre, y no ser usado como una excusa para prolongar el sufrimiento.
¿Qué otra acción realizó Jesús en sábado, a pesar de la controversia que generaría? Ver Mateo 12:9-13; Lucas 13:10-17; Juan 5:1-17.
En ninguna parte de los registros de los evangelios sobre las controversias acerca del sábado surgió la pregunta sobre la validez del sábado. El problema, en cambio, era cómo debía ser observado, no si debía ser abolido o cambiado por otro día.
El ejemplo de Jesús muestra no solo que el sábado sigue siendo algo que debe ser observado, sino también de qué modo debe hacerse. Una cosa que podemos ver claramente en este ejemplo es que el trabajo hecho en sábado para ayudar a aliviar el sufrimiento humano no viola el día de reposo. Por el contrario, muestra que hacer el bien a otros es exactamente la manera en que debería observarse el sábado.
¿De qué forma tu observancia del sábado refleja mejor los principios que se ven en el ejemplo que nos da Jesús?