"Nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Pedro 3:13).
DEL POLVO A LA VIDA
Lee Génesis 2:7 y 3:19. ¿De qué fue hecho Adán, y cuál fue el resultado de su pecado?
Dios creó a Adán del polvo, y fue un ser viviente. Mientras mantuviera su relación con Dios, su vida continuaría. Cuando Adán pecó, se separó de la Fuente de la vida. Como resultado, murió y volvió al polvo.
Lee Isaías 26:19 y Daniel 12:2. ¿Qué sucederá a quienes duermen en el polvo?
La promesa de la resurrección proporciona esperanza al cristiano. Job la expresó al decir: "Después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios" (Job 19:26). Para el fiel, la muerte es solo temporaria. El Dios que formó a Adán del polvo y sopló vida en él no se olvidó de cómo crear a los humanos del polvo. La resurrección será un acto de creación tanto como lo fue la creación original de Adán.
Lee 1 Corintios 15:52-58. ¿Qué se enseña aquí que está indisolublemente vinculado al informe de la creación del Génesis?
La resurrección de los justos en la segunda senida de Jesús ocurrirá instantáneamente. Como fue con la primera creación de la humanidad, será un evento sobrenatural en el cual Dios hará todo. Esto está en flagrante contradicción con el evolucionismo teísta. Después de todo, si Dios no usará millones de años de evolución para crearnos de nuevo, sino que lo hará en un instante, entonces ciertamente pudo crearnos sin evolución la primera vez. Así, como con todo lo demás en la Biblia, la esperanza de la resurrección es otra evidencia bíblica que refuta el evolucionismo teísta.
¿Qué debe decirnos esto acerca de los límites de la ciencia, que nos ofrece muy poca luz, con respecto a algo tan vital y fundamental como la resurrección?