“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”
Juan 3:14 y 15
CÓMO SER SALVO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Zacarías 3:1 al 5; Mateo 22:2 al 14; Lucas 5:27 al 32; 13:1 al 5; 14:25 al 27. Juan 8:30, 31.
Cuando los israelitas comenzaron a ser mordidos por las serpientes en el desierto, Dios dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocase en un asta, para que todo el que fuera mordido pudiese mirarla, y vivir.
¿Qué propiedades curativas puede tener una serpiente de bronce? Ninguna. La curación venía solo de Dios. Mirando la serpiente de bronce, los israelitas demostraban fe en Dios como su única esperanza de vida y salvación.
Dios quería enseñarles una lección espiritual. Paradójicamente, transformó un símbolo de muerte en un símbolo de vida. Aquella serpiente de bronce era un símbolo de Cristo, que cargó con nuestros pecados para salvarnos (2 Cor. 5:21). Por fe podemos mirar a Cristo en la cruz y encontrar curación de la mordedura mortal de la serpiente antigua, Satanás. En caso contrario, estamos destinados a morir en nuestros pecados. Somos pecadores necesitados de la gracia que se nos ha ofrecido en Cristo Jesús.
Esta semana consideraremos las enseñanzas de Jesús con respecto a los sencillos pasos prácticos para ser salvos.