“He aquí mi siervo, a quien he escogido; mi Amado, en quien se agrada mi alma; pondré mi Espíritu sobre él, y a los gentiles anunciará juicio” (Mat. 12:18).

LOS GRIEGOS Y JESÚS

jueves 20 agosto, 2015

“Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado” (Juan 12:20-23). ¿Cómo nos ayuda este incidente a comprender el clamor sincero de las personas, en todas partes, por tener salvación, tener esperanza y obtener respuestas que solo se pueden encontrar en Jesús?

Estos griegos probablemente eran conversos al judaísmo, ya que podían entrar hasta el patio de los gentiles. Los comentadores no tan que estos griegos fueron a Felipe, quien, aunque era judío, tenía un nombre griego, lo que podría haberlos atraído hacia él. De este modo, aunque la obra pionera cristiana puede lograrse con misioneros extranjeros que tienen sensibilidad cultural y mucha simpatía por las personas a las que quieren alcanzar, la obra más efectiva la pueden realizar aquellos con el mismo trasfondo que ellas.

Los griegos llegaron pocos días antes de la crucifixión. Sin duda se maravillaron por las palabras de Cristo acerca de su sufrimiento, muerte y victoria final. (La voz del cielo les dio también algo en qué pensar.) Jesús pudo haberse animado porque deseaban “verlo”. La llegada de ellos señaló el comienzo de la evangelización mundial. Ya los fariseos habían dicho: “El mundo se va tras él” (Juan 12:19).

Lo que vemos aquí son hombres ajenos al judaísmo que querían ver a Jesús. ¡Qué señal de que el mundo estaba listo para su muerte expiatoria! Estos griegos, que representan a las naciones, las tribus y los pueblos del mundo, eran atraídos hacia él. La cruz del Salvador atraería a personas de todas las regiones y de todos los tiempos posteriores (vers. 32). Los discípulos encontrarían el mundo listo para recibir el evangelio.

Lee Juan 12:20 al 32. ¿Qué dice aquí Jesús acerca de perder la vida a fin de ganarla? ¿Por qué diría eso en este contexto inmediato? ¿De qué manera has experimentado lo que está diciendo?

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