EL LIVIANO YUGO DE CRISTO
En Mateo 11:20 al 27, Jesús comenzó con una fuerte reprensión a algunas de las ciudades de Galilea que rechazaron su ministerio. Lo que hace tan temible la reprensión, y su advertencia de condenación, es que esas ciudades habían tenido grandes oportunidades de conocer la verdad. Él, la verdad (Juan 14:6), había caminado en la carne entre ellos. Y si eso no fuera suficiente, también había realizado allí “muchos de sus milagros” ( Mat. 11:20); no obstante, rehusaron arrepentirse. En realidad, les dijo que si “los milagros” (vers. 23) que había hecho en Capernaum se hubiesen hecho en Sodoma, entonces “habría permanecido hasta el día de hoy”. En otras palabras, ellos eran peores que los sodomitas.
Inmediatamente después de esto, en los versículos 25 al 27, Jesús comenzó a orar al Padre, agradeciéndole, y luego hablando acerca de la estrecha relación entre los dos. También reconoce todo lo que el Padre le había dado; lo que en un sentido muestra, muy claramente, por qué su rechazo de esas ciudades era tan trágico.
Lee Mateo 11:28 al 30. ¿Qué quiere decir Jesús aquí, y por qué justo en ese momento?
Después de denunciar la incredulidad y reafirmar su íntima relación con el Padre, Jesús ofrece descanso en él a todos los que están cansados. En otras palabras, les está diciendo a las personas que no cometan el mismo error que cometieron los que lo rechazaron. Él tiene la autoridad y el poder de hacer lo que dice, y él dice que, al ir a él, encontrarás descanso para tu alma. Dado el contexto, ese descanso incluye paz, la seguridad de la salvación y la esperanza que quienes lo rechazan no pueden tener.
¿Qué más quiso decir Jesús cuando afirmó que nos dará descanso? ¿Significa lentitud? ¿Significa no hacer nada? Por supuesto que no. Jesús tiene una norma muy elevada para nosotros; vimos esto en su Sermón del Monte. Sin embargo, una relación con Jesús no tiene la intención de cansarnos. Al aprender de él, al imitarlo a él y su carácter, podemos encontrar descanso de las muchas tareas y dificultades de la vida. Y una expresión de ese descanso se halla en guardar el sábado.
¿De qué modos experimentas la promesa que Jesús nos ofrece aquí? ¿Qué tiene que ver el ser manso y humilde con llevar una carga ligera?