"Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14)
Herederos conforme a la promesa
Una de las grandes luchas de la iglesia cristiana desde los primeros días, una lucha que estaba en el corazón de la Reforma Protestante (y una que de diversas maneras continúa hoy, aun en nuestra iglesia), trata con la cuestión del evangelio, de la salvación, de cómo somos salvos. Pablo tuvo que tratar directamente con este problema, en la iglesia de Galacia, donde había penetrado una falsa teología y había amenazado la integridad del evangelio mismo.
Lee Gálatas 3:26 al 29. ¿Cuál es el punto principal que enfatiza Pablo?
En el versículo 27, Pablo dice que todos los que fueron bautizados en Cristo "de Cristo estáis revestidos". Aunque todos eran pecadores, sus pecados habían sidolavados, sus vestiduras viejas y sucias habían desaparecido, y ahora estaban "vestidos", cubiertos por la justicia de Jesús. Ellos podrían reclamar su vida, su perfección, su carácter, como de ellos. Todas las promesas del Pacto habían sido cumplidas en Jesús, y ahora, vestidos de Cristo, podrían reclamar esas promesas para sí mismos. Eran herederos de la promesa hecha antes a Abraham Génesis 12:2 al 3, no por causa del estatus, el género o la nacionalidad, sino solo por medio de la fe en Cristo.
Lee Romanos 6:1 al 6. ¿Qué dice aquí Pablo que debería ayudarnos a comprender lo que significa ser "revestidos de Cristo"?
Estar vestidos de Cristo es más que solo una situación legal ante Dios. Los cristianos están unidos con Cristo, se han entregado a él y, por medio de él, se están renovando, rejuveneciendo y restaurando. Los cristianos que rehúsan cambiar sus viejos caminos, sus viejos hábitos y su antiguo estilo de vida necesitan mirarse en el espejo para ver realmente de qué están vestidos.
¿Qué estás vistiendo tú? Lo que vistes en público ¿es diferente de lo que vistes cuando piensas que nadie te está mirando? ¿Qué dice tu respuesta acerca de ti mismo?