"Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxodo 20:2,3)

LA MUERTE DE LOS PRIMOGÉNITOS: LA PASCUA Y LA ADORACIÓN

lunes 04 julio, 2011

"Vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró" (Éxodo 12:27).

La palabra hebrea traducida como "adoró", en el versículo citado, proviene de una raíz que significa "inclinarse" o "postrarse". La palabra misma casi siempre aparece en una forma verbal que intensiflca su significado o da la idea de repetición. Uno casi puede imaginar a una persona que se inclina una y otra vez, hacia abajo y hacia arriba, con reverencia, temor y gratitud. De hecho, considerando el contexto, eso no es difícil de ver.

Lee la historia de esa primera noche de Pascua, en Éxodo 12:1 al 36. ¿Cómo se revela el evangelio en estos versículos, que debería estar en el centro de toda nuestra adoración?

A menos que estuvieran cubiertos por la sangre, los hijos de Israel enfrentarían la pérdida de sus primogénitos. Para ellos, el primogénito (que generalmente era el hijo mayor] tenía privilegios y responsabilidades especiales, que más tarde fueron remplazados por los levitas (Números 3:12Números 3:12]. Israel mismo era considerado el "primogénito" de Dios (Éxodo 4:22], lo que indicaba su relación especial con el Creador. En el Nuevo Testamento, Jesús ha sido llamado el "primogénito" (Romanos. 8:29; Colocences. 1:15, 18).

Aunque los primogénitos fueron perdonados aquí, en realidad Cristo, "el primogénito", debía morir; una muerte simbolizada por la sangre puesta sobre las puertas de las casas. Este acto simboliza una poderosa representación de la muerte sustitutiva de Jesús. Él murió para que los "primogénitos", en cierto sentido todo el pueblo salvado por Dios (ver Hebreos 12:23), no sufrieran la muerte que merecían.

En Egipto, la gente había obedecido a sus amos por temor; ahora aprenderían que la verdadera adoración surge de un corazón lleno de amor y gratitud al Único que tiene el poder de librar y salvar. ¿Cómo puedes aprender a apreciar y a amar más a Dios? ¿De qué modo el pecado tiende a apagar ese amor?

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