“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8).
EL GRAN CONFLICTO Y LA HISTORIA
No importa cuán caótico y fuera de control pareciera estar, la historia humana no se desarrolla en un vacío. Hay un drama, una lucha entre dos principios radicalmente diferentes: la gran controversia. Solo con ese trasfondo podemos comenzar a comprender la historia humana y lo que ella significa.
¿Cómo nos ayudan los siguientes textos a comprender la historia del mundo? Apocalipsis 12:7-17; Job 2:1, 2; Isaías 14:12-14; Génesis 3:15; Efesios 6:12; Romanos 16:20.
Satanás y la batalla son reales, y en la Cruz, él fue derrotado su destrucción asegurada.
“El cielo contempló con pesar y asombro a Cristo colgado de la cruz [...]. Sin embargo, allí estaban los hombres, formados a la imagen de Dios, uniéndose para destruir la vida de su Hijo unigénito. ¡Qué espectáculo para el universo celestial! [...]
“Los agentes satánicos se confederaron con los hombres impíos para inducir al pueblo a creer que Cristo era el príncipe de los pecadores, y para hacer de él un objeto de abominación. [...]
“Satanás vio que su disfraz le había sido arrancado. [...] Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, había perdido la simpatía de los seres celestiales. [...] Estaba roto el último vínculo de simpatía entre Satanás y el mundo celestial” (DTG 708, 709). ¿Por qué Satanás no fue destruido en ese momento?
“Los ángeles no comprendieron ni aun entonces todo lo que entrañaba la gran controversia. Los principios que estaban en juego habían de ser revelados en mayor plenitud. [...] Tanto el hombre como los ángeles debían ver el contraste entre el Príncipe de la luz y el príncipe de las tinieblas. El hombre debía elegir a quién quería servir” (DTG 709).
Lo que enseñan la Biblia y Elena de White es que los eventos aquí sobre la Tierra están vinculados con la gran controversia entre Cristo y Satanás. Esto forma el telón de fondo para todo lo que sucede aquí, sea en nuestras vidas o en el curso de la historia humana. Y las buenas nuevas son que, después de la Cruz, la derrota de Satanás está garantizada y esta controversia terminará; y con ella también terminarán el dolor, el sufrimiento, la violencia y el temor que llenan la historia humana.