"Los bendijo Dios, y les dijo: fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra" (Génesis 1:28).
PRINCIPIOS DE MAYORDOMÍA
"Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17). ¿Cómo nos ayuda este texto a sentar las bases para un concepto bíblico de mayordomía?
A menudo tendemos a pensar la mayordomía en términos de dinero. Como vimos esta semana, sin embargo, la mayordomía involucra mucho más que solo eso. No obstante, ya sea que hablemos de dinero, de preocupaciones medioambientales o de nuestra propia salud, hay ciertos principios involucrados en la buena mayordomía, principios que tienen su fundamento en la creación, tal como la describe el Génesis. Al fin, como Dios es nuestro Creador, y porque todo lo que tenemos es un regalo de él, estamos obligados a ser, ante él, buenos mayordomos de cualquier cosa que se nos haya confiado.
Lee Mateo 25:14-30 para ver de modo que esta parábola ilustra las recompensas de una buena mayordomía. ¿Cuál es el mensaje con respecto a los principios de mayordomía en general?
"Cristo confía ‘sus bienes' a sus siervos,: algo que puedan usar para él. Da ‘a cada uno su obra'. Cada uno tiene su lugar en el plan eterno del cielo. Cada uno ha de trabajar en cooperación con Cristo para la salvación de las almas. Tan ciertamente como hay un lugar preparado para nosotros en las mansiones celestiales, hay un lugar designado en la tierra donde hemos de trabajar para Dios" (PVGM 262).
¿Qué estás haciendo con los talentos que se te han confiado (recuerda: todo lo que proviene "del Padre de las luces")? ¿Qué elecciones puedes hacer que te capacitarán para usar estos dones en un mejor servicio para la obra de Dios?