“Truena la voz del Señor al frente de su ejército; son innumerables sus tropas y poderosos los que ejecutan su palabra. El día del Señor es grande y terrible. ¿Quién lo podrá resistir? (Joel 2:11).

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lunes 15 abril, 2013

Cuando suceden los desastres naturales, estos provocan muchas preguntas, tales como: “¿Por qué permitió Dios que esto suceda?” “¿Por qué algunos pueblos viven, en tanto que otros mueren?” “¿Hay alguna lección aquí que podríamos aprender?” Joel no dudaba de que la plaga de langostas podría conducir a una vislumbre del plan de Dios. En el capítulo 1, el profeta relaciona la crisis nacional con la situación espiritual en la Tierra. Las langostas no dejaron nada que pudiera ser ofrecido como sacrificio a Dios. La ofrenda de granos y la de bebidas eran parte de las ofrendas diarias en el Templo, según las instrucciones de Éxodo 29:40 y Números 28:28 La eliminación de los sacrificios fue severa, pero era una advertencia al pueblo de que su condición era grave. El no poder ofrecer los sacrificios simbolizaba la ruptura del pacto entre Dios e Israel. Pero, a diferencia de muchos de los otros profetas, Joel no tomó mucho tiempo analizando los fracasos del pueblo. Él estaba mucho más interesado en detenerse en la curación como la prescribía el divino Médico de Israel.

Lee Joel 1:13 al 20. ¿Qué le dice Joel al pueblo? ¿De qué manera lo que él dice era una súplica que comúnmente se ve a través de toda la Biblia, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento?

El profeta ruega a los líderes espirituales que llamen a un día nacional de ayuno y oración para que el pueblo escudriñe sus corazones, renuncie a sus pecados y se vuelva a su Dios. De este modo, ellos saldrían de esta experiencia con una confianza renovada en el amor y la justicia de Dios. Al fin, este desastre podría llevar a los creyentes a una relación más profunda con su Dios.

En todas las Escrituras, se describe a Dios como el Señor de la naturaleza, el que la creó, la sostiene y también la usa para sus propósitos divinos. En este desastre natural, en lugar de rasgar sus vestimentas, el profeta Joel le dice al pueblo que debería rasgar sus corazones, y abrirlos a la gracia y la compasión de Dios.

Los desastres golpean de diversas maneras. Cuando lo hacen, sin tomar en cuenta nuestra comprensión de ellos y sus causas, ¿a qué promesas bíblicas podemos aferrarnos a fin de tener esperanza y fortaleza para soportar? ¿Qué promesas son especialmente significativas para ti?

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