"Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14)

Para estudiar y meditar

viernes 24 junio, 2011

Lee "El fin del conflicto", El conflicto de los siglos, p. 723.

      "Todos serán una familia feliz y unida; todos estarán vestidos con las vestiduras de alabanza y acción de gracias: el manto de la justicia de Cristo. Toda la naturaleza, con su incomparable belleza, ofrecerá a Dios un tributo constante de alabanza y adoración. El mundo estará bañado de luz celestial. Los años pasarán alegremente. La luz de la luna será como la del sol, y la de este astro será siete veces más poderosa que en la actualidad. Frente a este cuadro, las estrellas de la mañana cantarán, y los hijos de Dios clamarán de gozo, mientras Dios y Cristo se unirán para proclamar: ‘No habrá más pecado ni muerte'" (MeM 359).

Preguntas Para Dialogar

      1. Como clase, repasen las respuestas que dieron a la pregunta final de la sección del jueves. ¿Cómo puedes ayudar a otros a encontrar esperanza en esta maravillosa promesa? ¿Cómo puedes ayudar a quienes pueden encontrarse luchando con la duda?

      2. Muy a menudo, en nuestros días, la gente ha puesto mucha esperanza en la ciencia. Muchos han visto la ciencia como el único camino para conocer la verdad y como la única esperanza de la humanidad. Medita por qué tal esperanza es una esperanza falsa, especialmente en el contexto de las secciones de estos últimos días. ¿Qué esperanza puede ofrecer la ciencia para el mayor problema que enfrentamos hoy, la muerte? ¿Por qué nuestra esperanza debe ser algo "sobrenatural", como se describe en esas promesas?

     3. Piensa en la pregunta de Pablo en Romanos 7:24, "¿Quien me librará de este cuerpo de muerte?" (Una referencia a un castigo de ese tiempo, cuando un criminal tenía que llevar un cuerpo muerto encadenado a su cuerpo.) ¿Qué respuesta tenemos que toda la sabiduría del mundo no puede suministrar?

     4. Medita algo más en lo que significa estar "vestido" de Cristo en términos de cómo hemos de vivir. Piensa en cómo estás viviendo: tus prácticas, tus hábitos, tus pensamientos, tus actitudes hacia otros, etc. ¿Cuán bien reflejas la realidad de Cristo en estas áreas? Aunque todos luchamos con tendencias cultivadas y heredadas hacia el pecado, ¿qué elecciones abiertas y conscientes puedes hacer que te ayudarían mucho para que vivas como sabes que deberías vivir? También, ¿cómo podemos ayudarnos unos a otros, como comunidad, para vivir los ideales bíblicos presentados ante nosotros?

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