“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8).

LOS PROFETAS COMO HISTORIADORES

lunes 27 febrero, 2012

Por toda la Biblia, los profetas usan la frase: “La palabra de Jehová” (o un equivalente, como “Así dice Jehová”, “Dios dice”, etc.). Lo que ellos están diciendo es: Yo no estoy hablando estas verdades: es Dios el que habla por mi intermedio. Así que, es mejor que escuchen.

¿Cómo se revela esta idea en los siguientes versículos? Jeremías 1:14-19.

Al lector se le permite ver el doloroso proceso histórico por el cual la ciudad capital, Jerusalén, iba a ser entregada a los babilonios, en cumplimiento de las predicciones de Dios sobre la suerte de Israel.

Los reyes humanos, por supuesto, raramente creyeron que la historia actuara de esta manera. Ellos imaginaban que sus decisiones de gobierno dirigían la vida pública. Pero Jeremías (y otros profetas) afirman otra cosa. Los gobernantes de Israel descubrieron que el proceso histórico estaba llevando a la nación hacia la devastación y al exilio. El libro de Jeremías es un recordativo asombroso del poder de la Palabra de Dios, que se cumplirá en eventos históricos.

¿Cómo testifican en forma similar Isaías y Nahum sobre este punto? Isaías14:24-27; Nahúm 1:5-10.

Este poder infinito de Dios que se ve en la historia humana también se exhibe en la naturaleza. El Salmo 104, por ejemplo, describe los procesos de la naturaleza no como un mecanismo independiente que funciona en forma autónoma, sino más bien como procesos en los cuales Dios está actuando en todo momento. La Biblia no describe a Dios como que creó el mundo y luego lo dejó solo, en completa sujeción a las leyes naturales. Las leyes naturales forman parte, en realidad, del modo en que Dios sostiene al mundo; y todas estas leyes existen solo porque él las creó y las mantiene.

Muchos científicos declaran que el mundo comenzó por accidente y que terminará de esa manera. Por ello, no tiene mucho significado todo lo que transcurre entre esos extremos (¿cómo podría haberlo?). ¿Por qué, en tu interior, sabes que este concepto no puede ser correcto?

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