“Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz” (Salmos 55:17).

LA PROMESA DE LA ORACIÓN

sábado 3 de marzo, 2012

Lee Para el Estudio de esta Semana: Colosenses 4:2; Romanos 12:12; Mateo 26:34-44; Hebreos 11:6; Santiago 4:2; Juan 14:15; 1 Tesalonicenses 4:3.

PENSAMIENTO CLAVE: En muchos lugares de la Biblia Dios nos llama a orar, porque la oración es esencial en nuestro caminar con él.

ELENA DE WHITE nos dice lo siguiente sobre la oración: “Nuestro Padre celestial está esperando para derramar sobre nosotros la plenitud de sus bendiciones. Es nuestro privilegio beber abundantemente en la fuente de amor infinito. ¡Qué extraño que oremos tan poco! Dios está pronto y dispuesto a oír la oración sincera del más humilde de sus hijos [...] ¿Qué pueden pensar los ángeles del cielo de los pobres y desvalidos seres humanos, que sujetos a la tentación, cuando el corazón de amor infinito de Dios se compadece de ellos y está presto para darles más de lo que pueden pedir o pensar y que, sin embargo, oren tan poco y tengan tan poca fe? Los ángeles se deleitan en postrarse delante de Dios, se deleitan en estar cerca de él. Es su mayor delicia estar en comunión con Dios; y con todo, los hijos de la Tierra, que tanto necesitan la ayuda que solamente Dios puede dar, parecen satisfechos andando sin la luz del su Espíritu ni la compañía de su presencia” (CC 93, 94). Esto resume todo, ¿verdad?