“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2).

CADA PARTE HACE SU PARTE

miércoles 16 mayo, 2012

Cuando una iglesia unida está concentrada en la tarea evangelizadora, el Señor bendecirá sus esfuerzos. Un estudio cuidadoso del Nuevo Testamento revelará cuánto se escribió para mostrar a los cristianos cómo vivir y trabajar juntos en armonía. Los pasajes que hablan de "unos a otros" están esparcidos por todas sus páginas. Se nos ordena amarnos unos a otros (Juan 15:12), perdonarnos unos a otros (Efesios 4:32), orar los unos por los otros (Santiago 5:16). Además de estos pasajes, hay muchos otros que se relacionan con la iglesia como cuerpo, con la obra que hace y con el crecimiento correspondiente.

Lee Efesios 4:15 y 16. ¿De qué modo el trabajar juntos contribuye al crecimiento y a la edificación de la iglesia?

Pablo dice que la voluntad de Dios es que crezcamos en Jesús. Por eso, todos estamos en una jornada espiritual, y cada uno en la suya. Sin embargo, el texto explica que el crecimiento de cada persona afectará el crecimiento del cuerpo, tanto numéricamente como espiritualmente.

A medida que los creyentes crecen en Cristo, algo maravilloso sucede. Están "concertados y unidos entre sí" por medio de sus contribuciones personales a la iglesia como un todo. La efectividad óptima de cualquier iglesia se logra cuando cada uno hace su parte. De acuerdo con Hechos 1:12 al 14, ¿qué hicieron los primeros creyentes mientras esperaban en Jerusalén la promesa del Espíritu Santo? La respuesta debería decirnos mucho acerca de lo que significó la adoración corporativa. Recién cuando el Espíritu Santo descendió, estos primeros creyentes estuvieron listos para cumplir la comisión evangélica. Este grupo, de como 120 personas, estaba unido en oración constante. Sin duda, la promesa del Espíritu Santo los unió y los llevó a estar juntos para orar, mientras esperaban el poder que los capacitaría para cumplir la orden del Señor. Nosotros, como iglesia, deberíamos hacer lo mismo.

¿Cuánto tiempo y esfuerzo pone tu iglesia local en buscar a otros, testificar y evangelizar, en contraste con cuánto tiempo pasa en asuntos internos, como la liturgia, el formato del culto, la música, y otros temas? Analiza la respuesta el sábado.

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